domingo, septiembre 21, 2008

Un roto para un descosido.

Tu cuerpo y el mío
son como las piezas de este puzzle
que queda completo con nosotros.
Entre gemidos y susurros
resbalo rítmicamente por él.
Encajo
en el espacio
que existe entre tu corazón
y mi cerebro.
Tus hoyuelos delatan
el sentimiento que se esconde
entre mis pestañas.
Mis uñas
intentan robarle
la carne a tus escápulas.
Me rindo.
Hago un hueco en mi coraza.
Te dejo entrar y
conquistar el universo de mi piel.
Emerges y te hundes.
Pespuntes de caricias
nos cosen unidos,
inseparables.
Un chupetón que se escapó de mis labios,
se perfila en algún lugar de este
mi lecho.
Soy un ser sediento y
tu eres mi chute de hidromiel.
Te sumerges y resurges.
Respiro.
Sólo puedo ver tu boca,
pero siento todo tu ser entregándose a mi.
Banderas blancas
ondean como respiraciones entrecortadas.
Mis pies pasean por tus piernas
mientras tus manos recorren
las olas que forjan mi figura.
Descanso.
Se cierran unos ojos
mientras susurras en mis orejas
palabras de amor
que se hacen eco en mis vísceras.
Tus palabras acunan mi sueño.
Retazos de amor se dibujan en él.

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