martes, mayo 31, 2011

Marea

Algo tierno e indescriptiblemente cálido le acababa de rozar el corazón. ¿Qué había sido? Lo había sentido en diferido; segundos después de que hubiese pasado notó su importancia. Tal vez la mano que acababa de aferrar la suya mientras lloraba. Quizá, ese abrazo que no llegas a sentir pero en el que te hundes cuando el dolor ha cortocircuitado los nervios de la piel.

Todo eso importaba, pero había algo más. Aquella mirada que llegando al fondo de su ser, donde se había guarecido desde la noche anterior, le había arrastrado fuera. Las lágrimas ahora recorrían sus mejillas liberando el duelo por aquella muerte injusta.

¿Qué podía ser aquel sentimiento? Pensó mientras miraba el mar, intentando no percibir nada más que su interior. Y sintió escozor sobre las heridas. El aire no llegaba a los pulmones, y mucho menos a su cerebro.

Necesitaba hallarse.

Y se quedó allí. Quieta. Observando como el viento se colaba por las rendijas de su falda. Como el aire levantaba aquellos trocitos de tela que a ella se le resistían. Se había perdido en el horizonte. Al final del mar. Más allá de la playa en la que el viento jugaba con su falda.

domingo, mayo 22, 2011

Llegando ya a los treinta

Tengo más dudas
que certezas,
por contra
más amor
que tristezas.

Poniendo palabras
como ladrillos,
pensamientos
y sentimientos
como cimientos.

Intentando
ser inclusiva
de mundo
que existe
tras mis fronteras.

jueves, mayo 19, 2011

Por no molestar

Me gusta pasear descalza,
de puntillas,
sin dejar más rastro,
que la sensación tierna
de un abrazo
que calienta el corazón.

No me gusta la autopromoción
ni hablar de mi,
sólo hablo de eso,
(del monstruo
oculto en la nevera)
en mis poemas,
entre las líneas
que se escapan de mis dedos.

Prefiero oirte respirar,
latir, llorar, partir.

Si no me lees
entre los silencios acertados
caminaré hacia otro universo.

Y no sabrás,
cuánto me extrañas,
hasta que sientas frío
y me buscarás
y me habré ido.

Para los que se dan cuenta de que alguien está aunque no haga mucho ruido.

domingo, mayo 15, 2011

Compartir

Pude elegir
ser cualquier cosa
y elegí,
ser poeta.

Poner mis sentimientos
en la palestra;
sobre la guillotina
del que quiera
aniquilar mi alma
(ente profundo
que vive
oculto en la nevera).

Tocar otras vidas
compartir mis lágrimas
utilizar las palabras
para fotografiar
un instante
que será eterno
en alguna memoria
perdida en el averno.

Pude escoger
crecer diferente
o esconderme
tras una coraza;
rechazar el don
silenciar los gritos
de mi mente,
de mi corazón.

Pero preferí
ser valiente,
ser poeta,
y mirarte
mientras lees
todos mis poemas.

domingo, mayo 01, 2011

Construyendo

A menudo, en un mal día,
la vida me destruye,
y al llegar a casa,
tus manos, pacientes,
me reconstruyen,
sin reproches,
con sonrisas.

Remodelan una oreja,
o recolocan las piezas
de mis maltrechas
piernas;
hoy me has dicho,
que lo más duro
es tener que recomponer
mi corazón cuando se rompe.