viernes, abril 13, 2012

Líneas de tinta en hojas de papel

Un tratado sobre la libertad y la autoestima
i
Vivía en folios de papel
milimetrado, triste,
con suelo amarillento
y paredes marrones.
Habitaba allí
cuando decidí olvidar
como fabricar
mi mundo con palabras.
Tomando la decisión
de negarme.
Intenté dibujarlo
de números,
mucho más reputados,
que nunca llegaban
a explicar
lo que quería decir;
ni lograban consolar
lo que callaban.
ii
Me mudé,
a las hojas
de papel cuadriculado
intentando tener más espacio
para dejar entrar más...
para que al menos cupiese algo
que no fuese sólo yo.
Y sin embargo,
sus paredes azules
parecían cortarme
las alas que construí,
/*supongo que para huir
de esa cárcel de líneas de tinta,*/
queriendo ser perfecta
Mi imaginación, inquieta,
siguiendo modas impropias,
había llegado a la conclusión,
que si no números
se podía expresar
con imágenes,
realidad restaurada
con algún programa informático
de retoque fotográfico,
que aprendí a usar a medias.
 iii
Con los años,
la vida, los amigos,
las decepciones,
los fracasos,
las victorias...
he aprendido a aceptarme.
He vuelto
a asir y anclar,
mi mundo con palabras
que se deslizan
rebeldes y veloces
sobre papel de rayas.
Este nuevo espacio
que he conquistado
tiene la ardua tarea
de equilibrar la dicotomía
de darme libertad suficiente
y controlar que no me vaya
por las ramas;
mientras experimento
como despegar mis pies,
para después lograr
aterrizar sin hacer(nos) daño
sobre esas rayas
que consiguen,
no sin esfuerzo,
mantener el rumbo
de este barco a la deriva
que construye mi multiverso
de amor, y otras palabras,
de hermoso significado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

También muy bonito a todos los niveles.

Elena

Anónimo dijo...

“Amelia, por favor, todos los días pon comida y bebida a Bigo, riega las plantas y cambia el agua de los dos bouquet de cristal. ¡Hasta la vuelta!”
En uno, una rosa y en el otro, un cardo silvestre; éste está enamorado de la rosa pero ella le ignora. El lunes, Bigo le arrancó de un zarpazo dos hojas a la rosa; el martes, una corriente de aire se llevó otro par; la falta de agua – que Amelia olvidó reponer – le hizo languidecer y poco a poco se desprendieron todos sus pétalos; el domingo… ella llora. El cardo le dice con ternura:
– No llores, para mí sigues siendo igual de hermosa… me gustas con hojas y sin ellas. Apóyate en mi pecho, no temas a mis pinchos, éstos se apartarán y luego te arroparán. Yo todavía tengo agua, podrás beber de ella.
– He sido muy altiva... creo que no merezco tus atenciones.
– Yo te quiero como eres.
– ¡Tú, sí… que eres hermoso!
“¡Qué ganas tenía de llegar a casa!... Amelia se ha olvidado…este sitio no es adecuado para flores... aquí estará mejor la canastilla de Bigo. ¡Qué gracioso… el escaramujo y el cardo parecen estar abrazados!”

Elena

mnznt dijo...

Me ha encantado, es muy muy bonito :P

Anónimo dijo...

Gracias... era para el concurso.
He mandado otro.
Besos
Elena

Anónimo dijo...

Gracias.
Tú eres bonita.
Elena