Un reloj y un móvil,
yacen en la mesilla
que persigue el sueño.
Una lamparita desvelada,
un libro insomne;
tal vez una botellita de agua
para las noches acompañadas.
Traspapeladas notas
de tinta desgarradas
con sentimientos perversos,
que atraviesan la piel sudada;
dispersas en una superficie,
fría, reluciente, metálica.
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