Frente alta y voz no tan firme.
Y me dices que me quieres.
Y bajas la mirada.
Y me doy cuenta mientras te observo,
anonadado,
que tus orejas están coloradas.
Y mis manos se dirigen a tocarlas.
Y las detengo.
Y asimilo entonces
que detrás de este acto de valor,
en el que te vuelves vulnerable,
hay inseguridad y miedo, y recato.
Y también hay amor
y lucha y esperanza, y guerra.
// Maybe more than hope.
Y el pundonor te hace elevar la cara
hacia mi y tu mirada se llena de preguntas.
En ese momento, resuena el silencio.
Ese enemigo de toda declaración.
Ausencia en la que te he sumido.
Y es que mi mente ante la sorpresa
ha cortocircuitado.
Y sólo he sido capaz de permanecer
quieto atisbando
las emociones que subyacen
a los cambios de coloración.
Y ahí están para que mis ojos los descubran
los sentimientos que yo nunca había visto
y que tu nunca habías ocultado.
Y me preguntas si he oído
lo que has manifestado.
Y yo, sonrío, ante ti
que eres tan valiente
que me regalas tu corazón
y puede que tu alma.
Y tu no entiendes.
Y poco a poco,
porque yo también tengo miedo,
y soy bastante más cobarde
y las palabras no acuden a mi boca
y sólo queda la imagen de tus labios
y tus orejas rojas,
me acerco
te rodeo con mis brazos
y te doy un beso.
Y tu sigues sin entender.
Pero te sumerges
en mi dejando
la batalla para otro momento.
Y quizá, aunque tu aún no lo sepas
puede que te ame más por este
acto consciente de guerra.
3 comentarios:
que bonito es el poema
que bonito me gusta
Rocio ¿existes?
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