que es la primera vez
que has decidido
conscientemente
luchar por aquello
en lo que crees.
Y me miras
y me preguntas
por qué sonrío.
Y yo,
que simplemente
existo
también simplemente
sonrío.
Entre lo divino
y lo humano,
te hablo
de la dureza
y grandiosidad
de la vida.
Y me recuerdo,
al compartirme
contigo,
que las cosas
sin las que hoy
no querría vivir
han sido aquellas
que han supuesto
un salto
de fe
absoluto.
Aquellas que mi fuero interno
gritaba porque aferrase a mi vida
y la lógica y la razón
alertaban la necesidad
de salir corriendo.
Y no negaré las lágrimas
ni la lucha
contra mi
y contra los demás,
// aquellos que nunca tienen todas las piezas del puzle que me compone,
pero tampoco
olvidaré detallarte
las alegrías
que conlleva
creer en uno mismo
y defender aquello en lo que se cree.
Porque es eso
lo que al final del día
nos permite
una sonrisa
de esas
que bien sea
derrotada
o victoriosa
siempre hace
que la gente
pregunte
por qué sonríes.
Y tu nunca
respondes
porque quien dio
el salto
sabe exáctamente
porque.
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