Me gustan los días vagos,
en los que fuera brilla el sol
pero nosotros permanecemos
en la cama remoloneando.
Esos días en lo que conquistamos
el sofá para ver juntos
cualquier cosa que echen en la tele
mientras nos hacemos mimos.
Los días en los que la casa
se vuelve todo nuestro mundo
y me ayudas a hacer la comida
o a limpiar las pelusas que acumulamos.
Odio los fines de semana
en los que no tengo
algún día de esos
en los que remolonear
a tu lado.
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