viernes, mayo 18, 2012

Esculpir humo

Sin ti
sólo queda
esta pasión huérfana.
Estos besos
que sólo existen
en mi pensamiento.
Que te extraña.
Que te destierra.
Que te anhela.

Sin ti
sólo resta
dormir y esperar.
A que llegue
el día
en el que vuelvas.
En el que esos besos...
En el que esa pasión...
Tome la forma
latente
de nuestro amor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre blanco aparecen signos negros y van cantando melodías.
Melodías eternas, esas que desde siempre se escucharon, es el hambre de los hombres.
En una cueva puse mi mano y con sangre pinté las paredes y ahora con este teclado estoy bailando un compás de alegre mañana. Para ti.

Elena.

Anónimo dijo...

EN EL VIAJE SE FORJÓ

Esther era un apersona normal, corriente a los ojos de los demás pero ella desde pequeña se había sentido rara, extraña... parecía no encontrar su verdadero lugar. Pasaron años y llegó a la madurez sin novio, nunca lo había tenido.
En una ocasión hizo un viaje con un grupo de vecinos a un país extranjero. Uno de los viajeros comenzó a galantearla... Esther, a su edad, se enamoró como una colegiala e hizo todo tipo de tonterías. Perdió el norte, los vientos y el sentido.
De forma precipitada y sin ninguna explicación, él se marchó. Le contaron que era casado y que la esposa había sufrido un accidente. Sintió que le caía una losa encima, ella desconocía esta parte de su historia.
A la noche oyó unas risas en la habitación de al lado, pegó el oído a la pared, decían que todo había sido una apuesta. Todo era mentira.
Con lágrimas, trozos de dolor y sueños de arena amalgados entre hierros clavados en su alma, construyó una pared de hormigón alrededor de su corazón.
Al poco tiempo en el pueblo hubo un parte médico: "Obito. Axfisia por inmersión causada por objeto extraño y pesado en zona torácica".

Elena

Anónimo dijo...

Amó tanto a aquel hombre que años duró su cautiverio.
Siempre pensó: "Si lo viera qué me diría... que le diría".
Al cabo de muchos años, hubo un certamen en su ciudad, él iba como conferenciante.
No pudo acudir. Se encerró en casa. No pudo comer. Ni escuchar música. Ni leer. Ni ver la tele. Todo el día postrada en cama. No se atrevió ni a mirarlo, ni de lejos.
Aquello tan bello se lo había dejado teñir de marrón oscuro por una leyenda malsana que le daba en la cara cada vez que salía.
Aquella noche decidió romper el círculo infernal. Se marchó para siempre.
Al tiempo unas flores silvestres nacían y morían por el jardín que ya nadie cuidaba.

Elena.

Anónimo dijo...

TRAQUETEO

El tren traqueteaba, iba acompañado de la hilera de humo.
Ella miraba a través de los cristales, sin ver... y sin ver veía sueños,que corrían tan ligeros y de tan ligeros, nunca podría alcanzarlos...
Y de pena lloraba, con disimulo... tres usuarios de vagón que no quisieron ver o sí vieron demasiado sus lágrimas, pero...
mejor será no ver porque es demasiado verse en las penas de otros.
Ellos también fueron jóvenes
y a un tren se montaron,
el tiempo pasó veloz
a través de la ventana.
No quieren mirar su pasado,
solo desean mirar el presente,
sin llanto y llevando de la mano,
esperanza.

Elena

Anónimo dijo...

A veces, las palabras estallan,
en mil pedazos, las letras también.
Nunca pensé que las letras
pudieran ser dibujos.
Aquella mañana escribiste una letra, era para mí.
¡De tan hermosa! no quise borrarla... de la arena, pero...
vino una ola y se la llevó.
Cada mañana, con mis sienes blancas,
y todo el tiempo para mí,
visito la playa y le pido
que me la devuelva, pero...
el mar no quiere aceptar mis ruegos...
me dice que solo quiere verme cada mañana.
Al fin he comprendido que fué el mar,
quien escribió esa letra.

Elena