Al monstruo que vive en la nevera se le dan mal las personas. Normalmente no sabe qué piensan. Y los millones de posibilidades que su mente baraja en segundos le estresan. Así que sale poco. Y cuando lo consigue siempre quiere que le de la mano.
Me cuesta mucho trabajo sacarle. Pero cuando lo consigo. Le enseño las cosas maravillosas que hay fuera. Como la sonrisa de Javi o los abrazos de mama o las peleas con Álvaro. Y sé que entonces, él, está contento. Así que cuando quiero sacarle sólo tengo que prometerle que volverá a ver esas cosas. Y acompañarle a comer pasteles.
1 comentario:
o sea que con javi te sonríes, con mamá te abrazas y conmigo... conmigo te peleas: Pa mi k m'ha tocao la raspa del pescao...jejejeje, bien k lo saques a pasear de vez en cuando porque si vive en la nevera ahí fresquito y con toda la comida a su abasto una dieta mu sana no debe hacer... y a los viejos le recomiendan mucho eso de pasear (he aquí un posible porqué de que las ciudades esten invadidas por estos seres tan peculiares de boinas y chaquetones cubrelotodo). En fin, que yo tb te sonrío y te abrazo de vez en cuando (cuando no me muerdes) jooooo... y bueno pelearme pues tb, k me va la marxa pa ke negarlo. 1 ptnte bonita
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