martes, diciembre 06, 2011

Aspartamo

Se me ha encogido el estómago,
y se me ha abierto el corazón,
al verla triste y desgarrada
sobre aquél sillón.

Me he puesto a hacer un café
y he dejado que la mañana
contase su tragedia,
convenientemente edulcorada.

No la he abrazado tiernamente;
me daba miedo que se rompiese.
Sólo. He podido tenderle
la bebida caliente.
Y escuchar atentamente
lo duro que es,
tomar la decisión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy mayor... / y... muy jóven/
Dos tiempos, dos pasados, quizá paralelos, vidas paralelas.

A lo lejos se oía:
... r a r a, r a r a, r a r a... y luego un suave viento recorría las habitaciones.
¿Era rara? ¿Erais raras?...
y silencio.

Esta otra nueva pero repetida vez
se oye el viento muuuuuy fuuuuuuerte... y se las lleva arrastradas por su fortaleza, por su vigor.
¿Una irá feliz, la otra triste? ¿las dos felices o las dos tristes?
Misterio... el viento volverá y traerá la respuesta.

Elena

Anónimo dijo...

El viento volvió al cabo de los años,
peinaban canas y muchos surcos en sus caras,
las miradas risueñas, los labios agrietados pero sus besos...
sus besos eran cálidos, verdaderos.
Aprendieron, muchas cosas aprendieron...
no quieren nunca dejar de aprender.
Siempre soñarán imposibles
junto con dolor y risas, posibles.
siempre amarán, toda la vida.
El viento... su amigo, el misterio.

Elena

mnznt, que tengas un feliz año, tú y tus seres queridos.