viernes, noviembre 28, 2008

Intimidad vs Internet

El otro día me contaban que en las empresas gordas los de recursos humanos te buscan por Facebook hasta que te encuentran. Leía que Internet esta acabando con el derecho a la intimidad.
¿Importa realmente? Tenemos una cuenta de correo para los amigos, una para el trabajo, otra para la basura... Colgamos las fotos en Internet para compartirlas con nuestros amigos. ¿Qué tiene de malo compartir nuestra vida? ¿Lo pernicioso es el medio por el que lo hacemos?
En mi mundo hay una diferencia entre lo personal y lo público. En el momento que algo no es sólo para mi y mi familia es público, y por mi lo puede saber cualquiera. Lo va a juzgar, pero es que a menudo la gente juzga cosas sin tener la información que hace falta para hacer el juicio. Entonces ¿por qué nos preocupa? Al fin y al cabo es seguir lidiando con la vecina cotilla que tergiversa todo. Con los rumores y las visiones de la realidad diferentes a las nuestras. Eso ha pasado siempre, si no que se lo pregunten a mi madre. Si ahora los de recursos humanos quieren recurrir a eso, me parece triste. Actúan como paparazzi. No diferencian entre mi vida dentro de la empresa y fuera de ella. Al menos yo adecúo la comunicación a la audiencia, si quieren mis fotos de juerga que no las saquen de contexto por favor.
Creo que las empresas nunca llegaron a entender Internet y el espíritu rebelde y antisistema que lo creo. No comprenden la cultura y filosofía hacker. Aquel que hace algo altruístamente porque le apasiona o reconocimiento social y no por capitalismo.
No me molesta ser quien soy, ni haber hecho las cosas que hago e hice. De los "errores"* y de los aciertos he aprendido, o al menos me he divertido mientras lo hacía. No soy políticamente correcta. Estoy llena de contradicciones. Y a pesar de todo, soy adorable y achuchable. Si intentas aunar lo que encuentres por Internet sin conocerme, te aseguro que no me entenderás, porque perderás algo básico, YO. Incluso conociéndome superficialmente, no siendo una de las 4 personas en el mundo capaces de leer entre líneas creerás entender pero no tendrás ni idea.
Por Internet hay un vídeo de mi tocándole el culo a chicas durante unas paellas en Alicante. ¿Qué tiene de malo eso? No es más que una trastada, una chiquillada, una travesura universitaria que fue muy divertida en su momento. ¿Verdad Rebeca? Una fanfarronería que cuento de vez en cuando. Si alguien de recursos humanos piensa que es malísimo y que soy una pervertida... pues no sé... empiezo a pensar que la vida dentro de lo políticamente correcto es realmente aburrida.
Y como dice la canción ¿A quién le importa lo que yo haga? Yo soy así y así seguiré, puede que cambie, pero feliz intentaré ser... Vale, la tergiversé un poco, pero se adapta más a mi :P
* Cada día creo menos en los errores o la casualidad, y más en la causalidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Súper de acuerdo contigo. Yo la verdad pongo de todo, y me sirve para filtrar a mucha gente que no tiene dos dedos de frente. Si no entienden que una cosa es una chorrada y otra un currículum, no interesa trabajar con ellos.

Anónimo dijo...

Hola, soy "anónimo-2".

Tienes mucha razón en lo que dices.

Yo anteriormente solo participé en dos lugares concretos. Y a nivel privado creí que trataba con una persona y luego con 3 supuesto/as amigos.

Por diversos avatares comprendí que todo había sido mentira.
Todo ello, mezclado con diversas cosas de diferente índole que se mezclaron en mi vida, dieron resultados desastrosos para mí a nivel laboral, personal, vecinal.
También en el siguiente trabajo, en la calle, etc.

Para mí ha sido todo muy duro. Y además cuando lo cuentas no te entienden ni lo cree apenas nadie.

Además lo que escribes en un contexto determinado, en un momento concreto, a una persona concreta...no es igual a lo que tú eres, porque una persona tiene muchas variables, muchos matices y no tiene nada que ver lo que los demás ven en tí a lo que tú eres en tu interior.

A veces solo has dado rienda suelta a tu imaginación, las ideas son libres, poderosas. No se pueden atar, ni comprimir, ni juzgar tan ligeramente.

Yo también en alguna ocasión he juzgado a algunas personas y conforme pasan los años, estoy procurando hacerlo lo menos posible porque sé que no es sano y posiblemente me equivoque con más de una persona.

Nunca me han gustado las etiquetas, ni poner ni que me las pongan.

Besos.