lunes, noviembre 03, 2008

Bueno, bonito y barato.

He tenido un fin de semana increible. Es divertido, porque llevé a mi hermano a un restaurante en el que te ponen un bocata de la casa y cuando lo ves llegar, te das cuenta de que necesitas a otras tres personas para acabártelo. Resultó que nunca había ido con él y no sabía cuan grandes podían llegar a ser los bocatas. Mi hermano, que dice que es un hombre, no podía dejar nada en el plato así que acabó con más de un botón desabrochado. La camarera, para acabar, le trajo un trocito de tarta. Casi lo mata. Al día siguiente no podía ni desayunar, el pobre. Pero me reí como hacía tiempo que no me reía. Él decía, quiere matarme, voy a vomitar... y cosas del estilo, pero seguía comiendo.

2 comentarios:

Carlos Pro dijo...

ya me dirás qué sitio es, para ir cuando la crisis apriete...

sheneh dijo...

unga, unga, yo y mis dos cojones
-hijo mio k kieres ser de mayor?
-gordo
-¿gordo, hijo mio por qué?
-pa k me kepa más, mama

k konste, k vencí al bocata (casi no lo consigo, pero apele a mi virilidad más profunda). yo no me dejo vencer por objetos inanimados, solo, quizás, el uranio, es k le ha dado la perra de ser radioactiva. y mi composición a base de carbano es una full, donde este el selenio... k se quiten zarandajas
bkños (gracias x reite de mi y no cnmigo, siempre quise ser payaso, me molan los zapatones)