martes, noviembre 18, 2008

Cronos

El tiempo. Ese infinito enemigo de mi reloj. Está lleno de fotos veladas. Recuerdos traspapelados entre entrañas que no son las mías. Sin destino. Hallado en la sangre de otros. Reflejos. Pequeños destellos de felicidad. Cronos se rie de mi tras la ventana de este cuarto oscuro. Laberinto de espejos que me deforman.
Este tiempo que envejece. Heridas infligidas bajo la superficie. Grietas. Cicatrices que no cierran. Esta partida de póquer que una vez tras otra pierdo. El pasado no existe. El futuro juega bailando la danza de los siete velos. Desaparece. Misterioso, triste, fuerte e imperfecto. Estructura de naipes que se desliza bajo tu ropa. Placer que cura pero no sana. Manos que exprimen los sentimientos.
Este gris que nunca deviene rosa. Sito en un cielo gris sobre árboles desnudos. Frente a un ordenador que se alimenta de ti. Esperanzas que nacen rotas. Esos minutos que atenazan y asustan. Tus miradas que sufren interferencias. Esos retrasos que nunca llegan.
Pasa el tiempo. Mi vida. Tú, Cronos, miras desde tu trono. No entiendes. Te quedas corto. Roto tu también. Encerrado al otro lado de este cuarto oscuro. Intentando escapar por los recovecos de mi ventana.

1 comentario:

mnznt dijo...

Muchos besos a ti también