miércoles, noviembre 05, 2008

El absurdo tema del día.

Ha ganado las elecciones estadounidenses un presidente negro. Sigo pensando que el color de la piel o características físicas del estilo son irrelevantes para el puesto que va a desempeñar. Si hubiese ganado un calvo o una persona con sobrepeso (que parece que son también defectos físicos), ¿le daríamos tanta importacia? Entiendo que es un gran logro en la lucha por la igualdad. También soy de la opinión de que si no le prestásemos tanta importancia y empezásemos a tratar a las personas como personas y no por características físicas todo sería mucho más sencillo.
Los hay altos, bajos, mujeres, hombres, gordos, escuchimizados, calvos, pechugonas y pechugones, planos, con forma de pera, orejas de soplillo, personas pegadas a narices, pies grandes, con ojos saltones, labios grandes... Cada uno es único dentro de la especie humana. Empecemos por favor a pensar que las personas son válidas según si pueden o no desempeñar la tarea que se les asigna.
Obama, parece preparado para lo que al pobre se le viene encima. Me parece más importante el hecho de que tiene dos carreras, está especializado en relaciones internacionales y derecho; o que tiene mucha ilusión y empuje: o que es relativamente joven (47 años); o que ha sido un buen gestor económico en diferentes causas; o incluso que sabe como funcionan los medios de comunicación. Al final si es negro, azul o amarillo queda reducido a las fotografías, ¿no creen? No le quito valor a lo que se ha logrado, pero quizás si lo viesemos como algo normal, entonces se convertiría en algo normal.
En mi caso, mi padre es una pequeña ONU (Organización de Naciones Unidas) en si misma. En mi casa somos de colores. Somos multiculturales, lo que me ha enseñado que realmente las culturas no son tan distantes y las personas queremos más o menos todas lo mismo. Todos queremos un hogar, pertenecer a una comunidad, sentirnos queridos y valorados y poco más.
Últimamente se tacha mucho a los españoles de racistas. En mi clase siempre hubo un "negro", que más bien era gitanillo o cafe con leche. Nunca fue una palabra realmente negativa, sólo un mote, incluso en ocasiones se presentan ellos mismos como el negro. Como a mi que me han llamado lenteja o cuatro ojos. Aprendí que no eran cosas negativas, sólo parte de la realidad y que como me molestaba seguían llamándome así. Andar con tanto cuidado y ser tan políticamente correctos al final nos vuelve mentirosos y deshonestos.
Yo soy bajita, no es una cosa que me moleste, es una realidad, si tenemos en cuenta que mi madre mide 1,78 y mi hermano pequeño 1,91, yo con 1,61 no parezco de mi familia. No me traumatiza ser bajita, ni ser hortera como dice mi hermano pequeño. Tampoco me molesta ser excesivamente blanca, hasta el punto en el que me han llegado a preguntar en septiembre si me han tenido encerrada en un zulo todo el verano. Yo soy feliz siendo así, me encantan los pompones. El problema viene cuando no te sientes seguro de quien eres o si tu mismo te pones límites. Pero ser bajita no me impide hacer lo que quiero. No impide que vaya a ser una gran escritora, probablemente como mucho me tendrán que poner algún cojin en el sillón para que me vean los del fondo ^^' pero poco más.

2 comentarios:

Que Siento dijo...

Amen, que aburrido sería todo si no hubira variedad..

Carlos Pro dijo...

qué razón tiene ud. oiga...