Hoy me has despertado con una pregunta. Yo no he respondido, no lo sé. Puedo hacer miles de cábalas pensando qué paso. Lo cierto es que lo ignoro. Sin embargo al preguntarle a mi corazón lo que debo hacer, me dice que esto es lo correcto.
Alguien me dijo ayer que te amé hasta desaparecer yo y ser nosotros. Lo hice. Te quise tanto... Tanto que ninguna canción del mundo parece poder definirlo. El mundo se paró y dejo de girar para darnos una tregua y permitirnos huir a un pequeño paraíso de felicidad. Recuerdos maravillosos de una memoria benévola.
Un día el mundo volvió a rotar. Empezo a hacerlo despacito y no nos dimos cuenta de que se movía. Hoy miro al suelo bajo mis pies. Se desplaza a una velocidad de vértigo. Ignora nuestros planes de futuro. Deshace en lágrimas todo lo que soñamos.
Honestamente creo que me dí cuenta antes de que tu pudieses ser consciente. Fue como darme de bruces contra una pared de realidad. Intenté recoger con mis manos todo el estropicio. No tenía fuerzas para enfrentarme a la verdad y, no te lo dije con palabras. Mi tristeza ya no era un libro abierto en tu estantería y, no lo entendiste. De todas formas ya era demasiado tarde. No me veías y yo no podía alcanzarte. Me rendí.
Ha llegado un día en el que parece que no soy capaz de explicarte como funciona mi mundo y tu eres incapaz de atravesarme, transparente, con la mirada y descubrir que ocultan mis ojos. Sé que aquello fue lo que me enamoró. Ha desaparecido. Se ha llenado de millones de pequeñas rutinas y de cosas no dichas o no escuchadas.
Me empeño en decirte que todo esto no es malo. Son cosas normales. Todo pasará y el tiempo nos dejara las sonrisas que conseguimos extraer el uno del otro. Tu herida esta más abierta ahora, supurando, pero sanará. Ganaras confianza, ilusiones y algún que otro desengaño más. Nos encontraremos un día y me sonreirás como la primera vez. Tal vez no, porque en tus ojos leeré la melancolía de instantes pasados. A pesar de todo siempre llevarás contigo una parte de mi corazón, aunque ahora no sea la que tu anhelas poseer.
Mi herida esta más cerrada porque llevo más tiempo en el mundo consciente. Desperté en mi cumpleaños, en un entierro, con una frase. Nunca diré cual. He intentado olvidarla, porque me devastó. La pronunciaron tus labios. Me desgarró de arriba a abajo. Me hizo mirarte con otros ojos y ver que el suelo se movía a nuestros pies separandonos. Te volviste un desconocido ante mi. No eras aquel hombre fuerte que defendía aquello que amaba y detrás de eso vinieron miles de pequeños detalles. Cosas a las que no di importancia que ahora eran montañas en el camino que me llevaba hasta ti.
Sé que piensas que no es justo. Me amas. Funcionabamos. No sé a quien amabas, pero no era a mi. Yo ya no me veo reflejada en tus pupilas. No tengo claro si callé demasiado de mi por no molestar. No sé si te plantaste sordo ante lo que yo era o pedía. Supongo que un poco de los dos hubo. Me duele. Pero cada día hace menos daño.
Al fin esta es mi respuesta. Puedes no estar de acuerdo, pero es lo que hay en mi corazón.
3 comentarios:
Yo me ahorro todo esto despertándome solo...me cansé de sufrir. Saluditos.
¿por una frase?
No me voy a desnudar en este tema más de lo que ya lo he hecho. Le duele a demasiada gente.
Como digo en otro post en el momento que yo lo dejo escrito ya no es mio es de otros y cada uno interpreta según su vida. Aquí hay lo que los pedantes dirían que son licencias poéticas o metáforas. No olvidemos que es un texto, cuya finalidad es expresar sentimientos de manera hermosa.
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