martes, julio 29, 2008

Cristales

Anna miraba a Juan a través del cristal de la cafetería. Él estaba absorto en una conversación con otra mujer. Era hermoso poder verlo así. Ella sabía que las miradas de amor eran del dominio de su intimidad, pero que a menudo mostraba sus encantos con las demás. Ninguno de ellos se había dado cuenta de que llevaba unos minutos observándolos. La sonrisa que afloraba en el rostro de Anna al mirar a Juan era indescriptible.
De pronto, sin previo aviso se puso a andar hacia la puerta. Todavía no era consciente de que se estaba moviendo. Tenía que acercarse. Quería darle un beso. Podía marcar el territorio aunque era consciente de que no hacía falta. Había llegado a la conclusión de que la otra mujer no era un problema. No parecía lo suficientemente interesante como para poder atraer la atención de Juan durante toda una vida.
Juan la vió, en cuanto entró. Allí estaban esos ojos que poseían toda la ternura del mundo y que no querían apartarse de ella. La mecían en una hermosa danza que sólo ellos conocían. Anna llegó a la mesa. Saludó a la otra mujer. Acercó sus labios hacia los de Juan y los ojos de él le respondieron con una sonrisa.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy "Anónimo-2". A este bonito relato, quiero añadir otro. ¿Me dejas, verdad?. Con tu permiso.

.- Ese día una mujer se levantó, tenía una ilusión muy pequeñita, allá en el fondo, en el lugar más recóndito de sí misma. Siempre había sabido ocultarlo a los juicios de los demás, a otros ojos, a otras miradas. Ella era sabia porque lo había conseguido, resistiendo a todos los embates acaecidos.
No sabía qué ponerse, cómo vestirse...De pronto, ante el espejo, miró su cuerpo y éste empezó, sin piedad, a señalar todas sus imperfecciones. Sentada en la cama ya no sabía qué hacer. Buscó aquella blusa y aquella falda. La 1ª era seda.La 2ª un tejido inconcreto. Las sandalias simples, abiertas, bajas. Un reloj, una pequeña pulsera, un anillo, unos pendientes, una diadema. Un bolso. Un poco de rimel, pelo suelto cayendo en la espalda.
Va insegura a una cita deseada. Y llega.
Desde el 1º momento percibe que ese sueño ya no existe, ese hombre pertenece a otra persona, a pesar de lo que diga, a pesar de lo que haga...pero sigue su juego. Sin dolor, porque no espera nada. Llega otra mujer y es un buen momento para irse. Busca una excusa tonta, vaga, y se marcha.
Hoy, a pesar de todo, es un buen día. Quiere paso, paso libre, es su espacio, siempre le pertenece. Aunque las hojas tiemblen, aunque las gotas lloren.FIN.

mnznt dijo...

Me ha parecido hermoso.

Anónimo dijo...

Soy "Anónimo-2". Gracias por tu generosidad.
Que vaya bien tu vida. Y que tu escritura te compense, te salve, te consuele, te ayude, que puedas expandir todo tu ser, todas tus capacidades, que te enseñe lo mejor de tí misma, lo más alto y lo más bajo, tu esencia total y completa. Que tu ser de mujer te llene de "mujer" y que nunca pierdas ese tesoro, ante nadie y lo mantengas toda tu vida. Un saludo desde la cercanía de nuestras almas. Desde esos lugares del espíritu que nadie puede contaminar ni tan siquiera uno mismo en sus peores momentos. Creo que tú estas cosas las comprendes y por esa capacidad escribes. Y si aparte de todas estas cosas esenciales ya enumeradas consigues vivir laboralmente de ello, quizá podría ser completo para tí, en el caso de que estos sean tus sueños, ser una escritora. Aunque no te conozco, aunque alguien pueda considerar ésto que te diré a continuación una vacuidad, un gesto infantil, tonto...te mando un abrazo.
Y lo digo porque el alma, si existe, tiene otros códigos de contacto, de conducta, muchos y diferentes puntos de conexión que la realidad física. Esta última y maldita que lo estropea casi siempre, el contacto presente, físico y la dura realidad acompañada y haciendo cortejo nuestros miedos a mostrarnos como realmente somos, a quitarnos las máscaras de proteción que usamos con los demás para que no nos hagan daño en el mejor de los casos y en los peores cuando sirven para otros fines siniestros o malévolos. Ahí va mi saludo, de mujer a mujer.

mnznt dijo...

Te entiendo. No me siento especialmente generosa, sólo honesta en la medida de lo posible. Me gusta compartirme y que se compartan conmigo.
Tranquila que nunca subestimaré el poder del contacto. Estoy reaprendiendo a acariciar pero nunca dejé de abrazar.
Soy escritora, viva o no de ello. Puedo hacer millones de otras cosas que me den dinero pero ninguna me llenará como contar historias. Aunque más que escritora soy cuentacuentos.
Cuidate cielo y que millones de mis abrazos te rodeen al despertar y te acompañen al irte a dormir.

Anónimo dijo...

Soy "Anónimo-2". Gracias por ese acompañamiento tan bello que describes y que me dedicas.
Dices que estás aprendiendo a reacariciar pero que nunca dejaste de abrazar. Muy bien.
Yo estoy pasando una época de mi vida, que ya dura 4 años, en los que me he replegado sobre mí misma. Me he convertido en otra persona. Tengo miedo de la gente en mi vida real y mucho más en internet.
En mi vida real rehuyo a la gente, paso sin mirar y no quisiera ni que me vieran.Esto con los que no conozco. Y con los que conozco, por ejemplo vecinos cuanto menos trato mejor, solo procuro como siempre he sido, cortés y educada pero nada más y cuanto menos mejor.
En el trabajo, voy a hacer mi trabajo, lo mejor posible, pero evito comentarios de cierto tipo...y lo camuflo estando ocupada el mayor tiempo posible, así me siento mejor porque dejo impoluta mi area de trabajo y evito opinar y hablar. En el autobús de la empresa lo mismo. Solo saludo y algún pequeño comentario por mera cortesía si viene al caso.
Con amigos/as solo quiero estar con los que verdaderamente me quieren, con nadie más. No frecuento a gente conocida para pasar el rato.
Y en internet, solo ando esporadicamente, y estos días aquí pero cualquier día de éstos también lo dejaré. No por tí y por lo que escribes, que está resultando para mí un lugar agradable, es que prefiero alejarme de este medio.
Con 55 años ha cambiado mi personalidad en el trato externo con la gente. Por dentro también he cambiado. He aprendido algunas cosas y espero se me queden grabadas como hierro candente para siempre. Ha sido un proceso interno muy doloroso para mí y ha afectado a mi familia, a mi hijo, a mi compañero, a mi padre, a mis hermanos y a mis amigos/as. Nos ha afectado a todos.
Todos de una forma u otra me han ayudado, incluso en los casos que lo han hecho mal y sin querer y en los casos que lo han hecho bien. O quizá es mejor decir más que casos, en momentos. De todo ello he aprendido mucho. Y he estado a punto de hacer una locura, de quitarme de medio.
Yo antes era una persona muy cariñosa, abierta, espontánea, confiada, ahora ya no...no me fío ni de mí misma. He desarrollado un miedo patológico a la especie humana.
Espero poco a poco recuperarme pero hay ciertas cosas que ya nunca serán como antes.
Esto que te cuento es una sesión de terapia.
Pasa buen día.

Anónimo dijo...

Soy "anonimo-crítico"

Encontré tu blog por un casual y durante un mes he estado leyendo lo que escribes. Hay algún texto que no está mal..pero en general me pareces demasiado enrevesada y excesiva en el detalle, tanto que a mitad de algunos textos he tenido que comenzar de nuevo porque me he perdido...(entre tanta ñoneria)...aún así te animo a escribir....algún dia lo conseguirás

mnznt dijo...

Hola anónimo-crítico :P
Primero y principal, gracias por dedicarme un mes :)
Sí, soy bastante ñoña y cursi (yo lo veo como parte de mi encanto, me ha costado aceptarlo, porque mi otra parte es un poco camionero). Sólo tengo que pulirlo, hay que trabajar en ello. Esto es lo "primero" que escribo en unos 7 u 8 años... Además gran parte de los escritores no publican antes de los 30/40/60, no tengo prisa, todavía estoy a tiempo... debería de trabajar un poco más en ello.
Gracias por los ánimos. Aunque no hacen falta porque ahora creo en mi :D