Me gusta ver
como juegan
las palabras de amor
que te tatúo
en la piel.
Y las sitúo
de antemano
con arte,
para que tu puedas
enredarme con ellas.
Entre tus piernas
me seducen
tímidas
a través de la raja
de tu falda.
Las sentencias
de tu nuca
hacen trucos
de magia
con el cuello
de tu camiseta,
y yo sé que estan ahí
aunque simulen
desaparecer
durante un instante.
Si quererlo
los movimientos
de tus caderas
descubren
un trocito de carne,
al final de tu espalda,
que deja ver
conjuntos de letras
que ayer
me olvidé
de borrar
tras hacerte el amor.
Y es como una partida
de ajedrez,
en la que tú
y yo vamos
creando la estrategia
para que siga
grabándome
una, y otra y, otra vez
en tus epitelios.
domingo, septiembre 30, 2012
martes, septiembre 25, 2012
lunes, septiembre 24, 2012
0, 71, 171
Anoche era verde
y pasional
como el mediterráneo
en el que me crié.
De ese color
del que se tintan
mis pupilas
cuando sólo existe
dentro de mi
el ente que vive
en algún rincón
de la nevera.
Ayer era de ese tono
aceite de oliva
que me provoca
deslizarme sobre tu piel.
Sin embargo
hoy soy azul,
ese color que surge
de una reacción química
con el cobalto
(0, 71, 171).
Fría y profunda
como el atlántico
que vió nacer
a mis antepasados.
Y me siento extraña
porque no suelo ser azul.
¿Será que he entrado en proceso
de descomposición?
y pasional
como el mediterráneo
en el que me crié.
De ese color
del que se tintan
mis pupilas
cuando sólo existe
dentro de mi
el ente que vive
en algún rincón
de la nevera.
Ayer era de ese tono
aceite de oliva
que me provoca
deslizarme sobre tu piel.
Sin embargo
hoy soy azul,
ese color que surge
de una reacción química
con el cobalto
(0, 71, 171).
Fría y profunda
como el atlántico
que vió nacer
a mis antepasados.
Y me siento extraña
porque no suelo ser azul.
¿Será que he entrado en proceso
de descomposición?
jueves, septiembre 20, 2012
Cuidando el jardín
En algún momento,
ayer,
me di cuenta
de que quería ser
el lugar donde deseas
esconderte o resguardarte
en los días de tormenta.
ayer,
me di cuenta
de que quería ser
el lugar donde deseas
esconderte o resguardarte
en los días de tormenta.
Poniendo límites
Te dedicaré un capítulo.
No tengo aún claro
cuánto durará
ni el número de páginas
que ocuparás.
Pero ya sé
que serás un capítulo
que se llamará
felicidad.
No tengo aún claro
cuánto durará
ni el número de páginas
que ocuparás.
Pero ya sé
que serás un capítulo
que se llamará
felicidad.
miércoles, septiembre 19, 2012
Cuando me vaya
Me gusta el cielo azul
de mi Alicante,
en el que brilla el sol
todo el año,
menos un mes
en el que se esconde.
Me gusta ese mar
en el que existe
una lucha fratricida
entre el turquesa
y el añil.
Hasta me gustan
las palmeras
que no proveen
de sombra
y cobijo
en los agostos
asfixiantes.
Me gusta observar la arena
que abrasa los pies
cuando intentas habitarla,
y se desmorona bajo mis pies
en la orilla.
Me gustan los dorados
de esta tierra infertil,
yerma a menudo
a las súplicas
de sus gentes.
Me gusta el tempo
en el que se desenvuelve
la vida, en este rincón del mundo
que se olvida
de darle de comer
a los que lo pueblan.
Algún día,
quizá lo abandone
por lugares verdes,
o blancos,
sin azules brillantes,
ni mares de color turquesa
que se vuelven de mercurio
antes de que anochezca.
Tal vez,
algún día,
ya no vuelva.
Pero me llevaré los colores,
el tempo, las sonrisas,
la tierra, la arena dorada,
en la maleta.
de mi Alicante,
en el que brilla el sol
todo el año,
menos un mes
en el que se esconde.
Me gusta ese mar
en el que existe
una lucha fratricida
entre el turquesa
y el añil.
Hasta me gustan
las palmeras
que no proveen
de sombra
y cobijo
en los agostos
asfixiantes.
Me gusta observar la arena
que abrasa los pies
cuando intentas habitarla,
y se desmorona bajo mis pies
en la orilla.
Me gustan los dorados
de esta tierra infertil,
yerma a menudo
a las súplicas
de sus gentes.
Me gusta el tempo
en el que se desenvuelve
la vida, en este rincón del mundo
que se olvida
de darle de comer
a los que lo pueblan.
Algún día,
quizá lo abandone
por lugares verdes,
o blancos,
sin azules brillantes,
ni mares de color turquesa
que se vuelven de mercurio
antes de que anochezca.
Tal vez,
algún día,
ya no vuelva.
Pero me llevaré los colores,
el tempo, las sonrisas,
la tierra, la arena dorada,
en la maleta.
lunes, septiembre 17, 2012
Buenos días
Por fin sale el sol.
La luz, tímida,
entra por la ventana
de la habitación.
Y como siempre
amaneces a mi lado.
Suena el despertador.
Obligándonos a abandonar
nuestros sueños
en este colchón.
Menos mal que siempre
aparece tu sonrisa
para darme valor
para afrontar un nuevo día.
La luz, tímida,
entra por la ventana
de la habitación.
Y como siempre
amaneces a mi lado.
Suena el despertador.
Obligándonos a abandonar
nuestros sueños
en este colchón.
Menos mal que siempre
aparece tu sonrisa
para darme valor
para afrontar un nuevo día.
domingo, septiembre 16, 2012
Explicando los signos
Últimamente en mis poemas aparecen los signos "//" y "/*...*/". Vienen de lenguajes de programación. En una vida anterior quise ser teleco, sin darme cuenta de qué mi lógica no era tan lógica como los bits. Estos signos son notas que se pone el programador para saber qué está haciendo, qué ha hecho, qué devuelve la función, también se usan mientras buscas el problema para matar esa parte del programa y que no se ejecute. Normalmente se usan para que si viene otro o uno mismo a reprogramar sepa cosas y no tenga que descifrar cómo funciona el programa o qué se ha hecho. Es decir, son notas del autor para sí mismo o para otros.
- // se utiliza cuando la aclaración o nota sólo requiere una línea, significa que a partir de ahí esa línea son notas del autor y el programa no ejecutará lo que hay dentro.
- /*...*/ se usa cuando abarca más de una línea. Normalmente es un trozo de código que vas a usar luego o escribiste antes y ahora no funciona, o estas buscando un problema y le dices al programa que no haga eso mientras buscas el fallo... significa que todo lo que haya dentro de los asteriscos el programa lo ignorará. También se pone título o notas largas del programador.
"Todo lenguaje de programación permite al programador introducir los comentarios que desee dentro de los ficheros fuente que contienen el código de su programa. La misión de estos comentarios es servir de explicación o aclaración sobre cómo está desarrollado el programa, de forma que pueda ser entendido por cualquier otra persona o por el propio programador un tiempo después. El compilador ignora estos comentarios siempre cuando estén expresados dentro de los símbolos "/*" para indicar el comienzo del comentario y "*/" para indicar el final.Existe además otro tipo de comentario en una sola línea que únicamente va precedido por "//"." Fuente: Introducción a la programación
jueves, septiembre 13, 2012
Pelusas y ropa por lavar
Sé
que algún día
echaré de menos
esta casa
llena de pelusas
y ropa por lavar.
Este rincón del mundo
con salón-cocina-comedor
y una habitación
en la que empiezan
a caber los libros
porque los compramos en bits,
pero sigue sin entrar
cómodamente
// por falta de espacio
todo el amor que recibimos.
Ese día
me despertaré
frente a tu mirada
con más arrugas
de esas que te salen de tanto sonreír
y recordaré
la ropa por lavar,
las pelusas,
las sonrisas en la cama
y quizá hasta el vecino
que noche tras noche, tras noche
se afeitaba;
y sonreiré.
Ese día
espero tener tiempo
para darte las gracias
antes de que la vida
y las rutinas
/* y quizá
con suerte
algún gordito
con mis pies
y tu sonrisa, */
nos atropellen.
Sin embargo
ahora,
es el momento
de seguir hacia adelante,
sin estancarnos
en esta casa,
en esta vida,
que me hace feliz
y promete un mañana
lleno de sonrisas.
que algún día
echaré de menos
esta casa
llena de pelusas
y ropa por lavar.
Este rincón del mundo
con salón-cocina-comedor
y una habitación
en la que empiezan
a caber los libros
porque los compramos en bits,
pero sigue sin entrar
cómodamente
// por falta de espacio
todo el amor que recibimos.
Ese día
me despertaré
frente a tu mirada
con más arrugas
de esas que te salen de tanto sonreír
y recordaré
la ropa por lavar,
las pelusas,
las sonrisas en la cama
y quizá hasta el vecino
que noche tras noche, tras noche
se afeitaba;
y sonreiré.
Ese día
espero tener tiempo
para darte las gracias
antes de que la vida
y las rutinas
/* y quizá
con suerte
algún gordito
con mis pies
y tu sonrisa, */
nos atropellen.
Sin embargo
ahora,
es el momento
de seguir hacia adelante,
sin estancarnos
en esta casa,
en esta vida,
que me hace feliz
y promete un mañana
lleno de sonrisas.
domingo, septiembre 09, 2012
Crueldad
Me despierto
y te echo
de mi cama,
de mi mente,
de mi vida.
Me arreglo
para volver
a mis rutinas,
o tal vez eres tú
el que me abandona.
Salgo por la puerta
dejándote olvidado
en el único lugar
en el que existimos.
y te echo
de mi cama,
de mi mente,
de mi vida.
Me arreglo
para volver
a mis rutinas,
o tal vez eres tú
el que me abandona.
Salgo por la puerta
dejándote olvidado
en el único lugar
en el que existimos.
martes, septiembre 04, 2012
Lo que la vida me enseña
Se me podría etiquetar de blog de autoayuda. Y puede que lo parezca. Nada más lejos de mi intención. Yo sólo comparto mi camino y mis reflexiones de personita tarada. Según mi experiencia incluso leyendo lo que yo escribo cada uno interpreta según su mundo, y a veces ponen en mi boca o en mis poemas cosas que yo no digo. (Que conste que no me molesta, sólo que no creo en la autoayuda, creo en intentar hacer un mundo mejor evaluando el que existe; cada uno el nuestro.)
El único método que existe es vivir y utilizar el cerebro (que no tenerlo). Es decir, no ser un inconsciente que no se fija en lo que vive o en lo que hace, ni en a quién se lo hace. Hay que ser un poco crítico con la vida. Pero cada uno con la suya. No hay una fórmula mágica o normalizada: haz esto y serás feliz/rico/poderoso/amado/más listo/más guapo. Dada la cantidad ingente de factores externos, la solución que a mi me sirve no le sirve a nadie más. No por ser críticos no debemos valorar las cosas buenas que tenemos aquí y ahora. Tal vez eso es parte de una mala concepción del concepto crítica, como el concepto de discusión. Los juicios no tienen por qué ser exclusivamente hacia lo negativo. No deberíamos de centrarnos en cambiar lo malo, sino en reconocer y potenciar lo bueno.
Deberían de enseñarnos a lidiar con nuestros sentimientos y a aceptarlos. Socialmente y no a través de libros. Pero no es tan sencillo. Y ya ni digamos tener en cuenta que existen más personas en el mundo y no sólo yo. A pesar de la madre fantástica que he tenido que me dió herramientas y lecciones valiosísimas, todavía estoy aprendiendo y la vida está enseñándome.
Yo, cuando no sé como lidiar con algo o encuentro una respuesta a una duda o algo se sale de mis esquemas mentales o cuando veo algo que me indigna, vengo y lo cuento en forma de poema o lo escondo en un cuento. Me comparto (entre líneas). A menudo me dicen que hago pensar, es uno de los piropos más bonitos. No es mi intención. Lo que hay detrás es que pienso demasiado, me indigno demasiado, me deprimo demasiado, me alegro demasiado, quiero demasiado, lloro demasiado y a menudo entiendo muy poco al mundo de fuera. Y para aceptarlo necesito que me lo expliquen o explicar por qué yo no lo entiendo.
Al final parece que me salió un post de autoayuda. Parece que os dejo una incoherencia como siempre algo tarada.
Primero no tengo un método, ni un sistema. Es decir, no creo en las recetas.autoayuda.1. f. Método o sistema de ayuda que uno puede prestarse a sí mismo para mejorar algún aspecto de su conducta o de su personalidad.
El único método que existe es vivir y utilizar el cerebro (que no tenerlo). Es decir, no ser un inconsciente que no se fija en lo que vive o en lo que hace, ni en a quién se lo hace. Hay que ser un poco crítico con la vida. Pero cada uno con la suya. No hay una fórmula mágica o normalizada: haz esto y serás feliz/rico/poderoso/amado/más listo/más guapo. Dada la cantidad ingente de factores externos, la solución que a mi me sirve no le sirve a nadie más. No por ser críticos no debemos valorar las cosas buenas que tenemos aquí y ahora. Tal vez eso es parte de una mala concepción del concepto crítica, como el concepto de discusión. Los juicios no tienen por qué ser exclusivamente hacia lo negativo. No deberíamos de centrarnos en cambiar lo malo, sino en reconocer y potenciar lo bueno.
Deberían de enseñarnos a lidiar con nuestros sentimientos y a aceptarlos. Socialmente y no a través de libros. Pero no es tan sencillo. Y ya ni digamos tener en cuenta que existen más personas en el mundo y no sólo yo. A pesar de la madre fantástica que he tenido que me dió herramientas y lecciones valiosísimas, todavía estoy aprendiendo y la vida está enseñándome.
Yo, cuando no sé como lidiar con algo o encuentro una respuesta a una duda o algo se sale de mis esquemas mentales o cuando veo algo que me indigna, vengo y lo cuento en forma de poema o lo escondo en un cuento. Me comparto (entre líneas). A menudo me dicen que hago pensar, es uno de los piropos más bonitos. No es mi intención. Lo que hay detrás es que pienso demasiado, me indigno demasiado, me deprimo demasiado, me alegro demasiado, quiero demasiado, lloro demasiado y a menudo entiendo muy poco al mundo de fuera. Y para aceptarlo necesito que me lo expliquen o explicar por qué yo no lo entiendo.
Al final parece que me salió un post de autoayuda. Parece que os dejo una incoherencia como siempre algo tarada.
domingo, septiembre 02, 2012
Consciencia
Estamos en la cola del cine.
Y me preguntas:
- ¿Por qué sonríes?
Y me vuelvo consciente
de que me miras
mientras pienso en cosas
que quizá no debería.
Y me sonrojo
adolorida
en las partes
que horas antes
sujetaban el peso
de tu cuerpo sobre mi.
Esas zonas que me hacen recordar.
Me hacen ser consciente de tu presencia.
Mientras tú,
sujeto paciente
que sabe leer entre las líneas correctas,
esperas una respuesta,
que hoy no te daré.
Pero no te preocupes,
aunque no te diga
que pensaba en las trastadas
que le hacías a mi cuerpo
en momentos ya pretéritos,
te recompensaré
por los servicios prestados.
- ¿Qué te parece
si te digo
que pensaba en el beso
que te voy a dar?
Y sello tu boca
antes de que me puedas responder.
Y me preguntas:
- ¿Por qué sonríes?
Y me vuelvo consciente
de que me miras
mientras pienso en cosas
que quizá no debería.
Y me sonrojo
adolorida
en las partes
que horas antes
sujetaban el peso
de tu cuerpo sobre mi.
Esas zonas que me hacen recordar.
Me hacen ser consciente de tu presencia.
Mientras tú,
sujeto paciente
que sabe leer entre las líneas correctas,
esperas una respuesta,
que hoy no te daré.
Pero no te preocupes,
aunque no te diga
que pensaba en las trastadas
que le hacías a mi cuerpo
en momentos ya pretéritos,
te recompensaré
por los servicios prestados.
- ¿Qué te parece
si te digo
que pensaba en el beso
que te voy a dar?
Y sello tu boca
antes de que me puedas responder.
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