sábado, noviembre 26, 2011

Equilibrio

Puede que necesite que me abraces;
mientras mi organismo desciende a los infiernos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DOLOR
Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar.
Que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar.
Con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar.
Ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear.
Ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar.
Pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar.
Ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraidamente,
Perderla, y que nunca la vuelva a encontrar.
Y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.

Autora: Alfonsina Storni.

Elena

Anónimo dijo...

Entre caminos, yo buscaba mi camino
sin saber a ciencia cierta qué,
intuyendo lo que no
pero sin saber decir no, a otras cosas.
Daba lo que sabía, sin pedir
para otros, mala, no digna.
Llevaba etiquetas pero no me importaba
tenía fuerza, la que fuí perdiendo en el camino.
Hoy, la busco de nuevo...
el nuevo año, me la traerá de nuevo.

Elena