(Del part. de tarar).
1. adj. Que padece tara física o psíquica.
2. adj. Tonto, bobo, alocado. U. t. c. s.
tara1.
(Del ár. hisp. ṭár[a]ḥ, y este del ár. clás. ṭarḥ, acción de quitar, restar o apartar).
3. f. Defecto físico o psíquico, por lo común importante y de carácter hereditario.
4. f. Defecto o mancha que disminuye el valor de algo o de alguien.
Mi padre, que se crió en la argentina usaba la palabra en su segunda acepción. Realmente pienso que todos estamos un poco rotos y de ahí vienen las disfunciones comunicativas. Es decir, todos tenemos alguna o muchas taras, que no es que disminuyan nuestro valor, sorprendentemente, si no que nos vuelven jueces de vidas ajenas. Empiezo a pensar que la humildad es como la empatía, pocos la conocen y menos la practican. Como no estáis dentro de mi cabeza, viene a significar que si conocemos y somos conscientes de que estamos tarados, tal vez seamos más condescedientes a las taras ajenas.
Podríais pensar que esto viene de alguna anécdota reciente de mi vida, tal vez subconscientemente (pero no os devaneéis mucho la cabeza al respecto, que no merece la pena). Conscientemente viene de un artículo de Punset en el que partiendo de la base de que nuestro cerebro ya ha tomado la decisión antes de que nosotros seamos conscientes de ello, resumidamente dice que ni nosotros nos conocemos.
Y esto, como al criticar lo que hago es un juicio más, como tengo limitaciones y lo que yo creo verdad es subjetivo; si alguien no lo quiere tener en cuenta, me parecerá bien.
1 comentario:
:)
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