domingo, octubre 21, 2007

Silencio...

Odio el silencio. La falta de tristeza, la falta de llanto, la falta de vida. No soporto el silencio. Esa ira contenida que surge en mi interior. No aguanto el silencio, esos te quiero que se quedaron sin decir. Esos reproches que no surgieron por no ser el momento. Esa cortesía silenciosa que me obliga a callar cuando no quiero. Esas lágrimas que se niegan a recorrer mi rostro. Odio el silencio. No soporto que no estés a mi lado. No quiero aguantar tenerte a mi lado en este momento. Te llamo. Intento romper el silencio pero parece que las palabras no asoman por mi garganta. ¿Me oyes gritar? Me vuelve loca este silencio. Esta nada suspendida sobre mi. Esta frustración que viene de ningún lugar. Y sé que te quiero. ¿Te dije ya que odio este silencio? Este no poder llorar porque no puedo. Este no poder gritar porque no puedo. Este no saber porque hay vacío dentro de mi. Vacío, eco, silencio. Odio este silencio. ¿No me oyes? ¿No lo entiendes? Por favor, rompe esta nada en la que me ahogo. No sé como sobrevivir. No quiero este vacío, esta frustración, esta melancolía que me invade. Odio este silencio.
Odio el silencio. La falta de alegría, la falta de ruido, la falta de vida. No soporto el silencio. Me gusta la lluvia porque rompe el silencio. Cuando mi mente despierta relajada y oye su sonido, ese pequeño instante en el que sólo se oyen los sonidos de la casa, el viento azotando contra las ventanas. Después oigo tu aliento, acompasado, lento. Cierro mis ojos y vuelvo a dormir. Una sonrisa alumbra mi rostro. No hay pesadillas, no hay silencio. Sólo el suave murmullo de vida que nace de ti. Me relaja. Me tranquiliza. Me hace feliz.

1 comentario:

sheneh dijo...

me encanto, enana