jueves, octubre 25, 2012

Duelo

A veces
lloramos tanto por lo que perdemos...
Y nadie nos recuerda lo que queda.
Y nos quedamos en ese rincón
donde el alma se oscurece
y se silencian las sonrisas.
Nos refugiamos allí
y se nos olvida
vivir, cuidar de los otros
y de nosotros mismos.

A veces
llega un ángel
a nuestras vidas.
Vestido de amor
su boca dibuja una sonrisa.
Una persona pequeña
y dulce como la miel.
Nos da la mano.
Nos recuerda
que no estamos solos.
Nos enseña a disfrutar
de aquello que olvidamos
al relegarnos al rincón
del arpa.

A veces
nos da tiempo a agradecerle
su amor
antes de que se vaya.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde aquí
te envío un te aprecio
y un gracias.
Por estar aquí
por existir para otros
los que te quieren y tú quieres.
Luego, los que nos acercamos.
Que pases un buen fin de año
y un abrazo hasta enero 2013.

Besos
Elena

mnznt dijo...

Muchísimas gracias Elena por estar siempre ahí y mandarme cariño cuando crees que lo necesito :P

Feliz navidad y próspero año nuevo (que te traíga muchísimas sonrisas y cientos de poemas).