Y prometiste
venir a buscarme
cinco domingos antes
del fin del mundo;
en esta realidad paralela
que no distingue
entre viernes
por la mañana
y lunes
a mediodía.
Y yo,
sujeto impaciente,
esperé
domingo tras lunes
hasta que ésta existencia
conectada en serie,
sucumbió,
a tu ausencia,
a la falta de potencial
eléctrico y biológico,
un domingo antes
del fin del mundo.
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