Viajé a las latitudes tropicales de Júpiter
para dar contigo reposando en una nube
compuesta de tormenta y amoníaco
en estado sublimado de congelación.
Me alejé del Sol, de mi mundo, de la vida,
con el fin de poseer lo que nunca tuve
y creí poder encontrar en ese planeta lejano
compuesto de hidrógeno, helio y, tal vez, argón.
Pasó que al encontrarte las mentiras
quedaron suspendidas en la atmósfera
de aquel desierto gigante helado.
No había amor, ni esperanza, ni pasión.
Sólo me topé con nubes en estado constante de perturbación.
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