Mi cama vacía. Los labios impregnados de besos huérfanos. La piel en ayuno forzoso de tus caricias. La almohada se cuela entre mis brazos. Ahora. No duermes a mi lado.
Mis manos recorren cada centímetro del cuerpo que yace desocupado sobre esta cama incompleta. Sin embargo, esta cáscara exhausta no encuentra consuelo sin ti. Y son mis aristas las que llevan tatuado tu nombre y tus maneras.
Esta noche. Eterna sin ti. Este lecho. Desnudo sin ti. Este amor. Holgado sin ti.
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