Siempre se quejan de mi porque guardo todo lo que puedo. Conocí a gran parte de los que hoy considero mis amigos del alma en 1997, en agosto. Me encontré con personas que me llenaban y que eran como yo, sencillas en su manera de divertirse, con extrañas formas de pensar, complejas en sus relaciones, divertidas, algo alocadas, que siempre te sorprendían y de las que siempre aprendías algo nuevo. Aquel año comprendí que tu no eres diferente, sólo que hay que encontrar a las personas adecuadas, porque no todo el mundo puede comprenderte.
He guardado cositas de aquella época. En el amigo invisible de las navidades de ese año me regalaron una agenda. Más que una agenda se convirtió en algo parecido a este blog. Básicamente en ella estan los cumpleaños y cientos de poemas. Por haber poemas hay alguno en hojas sueltas al principio y final de dicha agenda. Así que al que se atreva a decir que yo no escribía, tengo pruebas de que lo hacía.
No creo que costase más de 100 pesetas pero supongo que es uno de los mejores regalos que me han hecho en mi vida. Al inicio hay dedicatorias. Chicos, no hemos cambiado tanto. Pepe sigue pensando que soy demasiado normal. Diego sigue diciéndome cosas hermosas y creyendo que las mujeres son lo mejor que ha inventado Dios. Javi sigue teniendo siempre la culpa y volviendo mi mundo del revés. Alejandro ya no quiere ocupar más espacio que Javi, pero sigue pensando en planetas extraños a los que viajar.
Así que por vosotros va este brindis. Ahora, en este momento en el que me he vuelto a encontrar conmigo misma.
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