jueves, abril 10, 2008

Explicaciones.

Hay momentos en los que uno pide explicaciones para justificarse, porque es necesario hacerlo. Existen otros en los que uno las pide para saberlo para la próxima vez. Tratar de poner excusas o rebatir en esta última ocasión puede hacer que nuestro interlocutor se mosqueé y acabe dándonos un rapapolvo que no nos merecemos, y con el que podemos o no estar de acuerdo. Normalmente has de dejar claro por qué las pides. Puede que si dejas claro que es para decir algo en tu defensa no te den la oportunidad.
Deberíamos de ser muy cuidadosos según en que situación nos encontremos. Si la decisión ya está tomada y exiges los motivos, has de tener en cuenta que intentar poner pegas normalmente irá en tu contra. No deberías arriesgarte a decir nada, o decir lo menos posible. O simplemente no pedirlas. También hay personas en este mundo a las que no se les da bien dar explicaciones. Tienes que valorar ante quién te encuentras.
Hay gente que necesita saber el por qué de los rechazos. Cómo cuando rompes con tu pareja o cuando te dicen que no en un trabajo. Normalmente, si eres observador, ya deberías saber el motivo. A veces te pilla por sorpresa, puedes preguntar, pero llega un momento en el que debes valorar si ahondar más va a ser mejor o peor para ti.

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