jueves, julio 12, 2012

Inexistencia

Me derrito
mientras
un beso
se acobarda
y se queda
dentro de mi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Sabes? a veces solo ligeras palabras, probablemente sin conexión, me hacen recordar episodios dolorosos para mí.
Y entonces todo vuelve a empezar,
no hay nada que calme eso y lo otro, y lo de más allá.
Todo emerge de nuevo como un monstruo y siempre parece que es él, el que gana.
Luego todo se pasa, el mar amaina
respiro y olvido y perdono.
Porque a mí otros también tendrían que perdonarme de otras cosas,
unas por inhibición, otras por lo contrario.
Es el no saber quién debió parar primero, quién erró y quién no.
Volver la vista atrás y viendo
lo que ya no se quiere ver...
Una palabra... podría... curar
tantas cosas. Una palabra de aquí.
Y otra palabra de allá.
Luego ya todo podría descansar
en su sitio, sin pretender tener otro, ese que corresponde a cada uno.
Mañana amanece otro día,
con otra luz y yo la veré
¿de qué color? ¿verde mar? ¿añil?

Besos
Elena