Mientras hablo contigo sin voz, en este oasis de silencio, paz, tranquilidad, sosiego. Imagino del recolector la hoz, segando las vidas que sentencio, por inactividad, olvido y miedo.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
¿Yo? Soy yo.
¿Quien soy? Probablemente esa es la primera pregunta que te ha surgido al decidir bajo una extraña influencia abrir aquello que por el solo titulo parece llamativo. Pero si te soy sincero en realidad estoy seguro de que esa no es más que la manipulación de un mecanismo cuyo poder ejerce sobre la mayoría de los seres humanos una hipnosis fascinante: La novedad. Esta también me ha arrastrado a mí a expresar a continuación una serie de líneas que aunque llenas de un tono profundamente opresivo, no por eso carecen de la verdad de que tan bien son servidas. Te veo aquí en este momento un poco exaltada, pero con unas ansias inigualables por seguir, atacadas innoblemente por la duda de la maldad, y por una arrogancia casi molesta de quien por ahora plasma estas razones. Los segundos que han pasado desde que has leído con atenta devoción, son el elixir de la vida de este mensaje y de mí mismo, por eso y porque quiero que continúes sagradamente la experiencia de abordar este texto, voy a saciar tu océano de dudas, aclarando, bajo juramento absoluto la misteriosa identidad del narrador: Este no es más que un niño de diecisiete años, que ha devorado como una polilla fantástica todas las bibliotecas que han pasado por su amarga vida. Es un adolescente completamente salido de cualquier lógica existente, y su apariencia se escapa de los modelos formales de personajes despreciables que arman las producciones cinematográficas.
El no es propiamente un tonto y sumiso insecto con gafas, ni manchas de colores en la cara, ni unos pantalones apretados como si los hubiera entumecido una aplanadora. Tampoco el rufián rebelde, que demuestra toda su estupida prepotencia con un cabello abundante, ropas flácidas, y un torvo aspecto esquelético. Yo soy un jovencito de carácter tímido, muy alegre, menudo, y solo me faltan las alas (de metal por supuesto) para saludar al arcángel San Gabriel con una mano limpia, hecha de nube cristalina. Mi nombre es Esteban y vivo en un barrio cuya clase social es imposible saber con certeza, y cuya fraterna y rustica arquitectura goza de la fama de "estructura humilde", y vecindades con niños en el parque, celadores cargados por la soledad, mujeres atléticas con múltiples y desesperanzadoras personalidades, y una cabecita de plata con ojos melancólicos que se asoma por el vidrio de la ventana viendo saltar la armonía bajo las sonrisas de los personajes tan corrientes, pero tan complejos que están detrás de la fría y glacial transparencia de un cuadrado por el que a veces se escapan los ferrocarriles invisibles de la mente, plagados de recuerdos, y llenos de dolor. Ahora que me he atrevido a anunciar este pequeño pero comprometedor texto, hay algo que te quiero pedir con el alma y el corazón en la boca: Respóndeme por favor! La encantadora crítica de una mujer bastaría para calmar la angustia en la que invariablemente me sumergí al paso que desgrane laboriosamente las frases para hablarte. Adiós
Lo cierto es que me he perdido un poco :) Supongo que si eres tan gran lector como dices me debo de sentir honrada porque me escribas o me hayas leído. También es cierto que bajo el anonimato de internet uno puede ser cualquiera. Una vez un profesor me dijo que lo principal para ser un gran escritor es haber leído mucho. Bueno, la verdad es que me ha divertido. Reconoceré que la novedad, las personas a las que todavía no conozco son algo que me llama muchísimo la atención. Y me divierte jugar a seducir. Voy a hacerte caso y a criticarte. Quiero que pienses que me ha gustado y que veo potencial (aunque yo no sea quién para mirar). Una pequeña, no por borde, sino porque creo que lo podrías trabajar y que saliese algo bordado. No mantienes suficiente el suspense, o no lo creas, porque no te metes en la mente de una mujer. Piensas con la de un hombre. Cuando intentes conquistar a alguien del otro sexo tienes que hablarle con las palabras que su corazón entiende. A las mujeres hay que hablarles de sentimientos, pero con suspiros y al oído, como compartiéndote a ti mismo y logrando ser misterioso al mismo tiempo. Tienes en estas páginas frente a ti muchas claves para llegar a mi, úsalas, sin miedo. Ponte en mis zapatos para llegarme, es una oportunidad única. Normalmente no tienes tanta información sobre miedos. Juega conmigo sin miedo; no me voy a romper. El nombre no se rebela hasta el final, y se dan pinceladas desde más general a más concreto. Con un: soy Yo, Esteban... me recordarás, o algo por el estilo la has enganchado (seguridad y susurros). Para finalizar hubieses cerrado el círculo, y no te habrían hecho falta los halagos. Piensa que es como la última estocada en la que mueres o mueren, en la que dominas o eres sumiso. Procura siempre dominar aunque de manera sutil. Para someterse siempre hay tiempo, lleva las riendas del juego. De todas maneras yo diría, pero no soy ningun as en esto, que apuntas formas a Dostoevsky con un toque de Salinger. yo no he leído tanto cómo me gustaría. Un consejo, con el último párrafo, has conseguido o parecer mayor de lo que dices ser, o ser un poco inexperto y adulador. Algo más directo surte mejor efecto. O algo más picante, pero al menos que no suene a que me estás dorando la píldora. Piensa en el efecto que pretendes e intenta plasmarlo con fuerza. Es una firma, tienes que dejarme sedienta de más. No te quites valor. La edad y la madurez no depende de los años. Además lo que quieres es que yo me intrigue contigo. Intenta parecer la tarta más apetecible del escaparate. Puedes decir que tienes diecisiete años, pero no puedes decir que eres un niño. Creo que me he pasado, pero yo soy así, no creo que hayas ido a escoger la mejor crítica. Puedes gruñirme si lo crees necesario. Y si quieres escribir más estoy aquí para oírte.
Eeiinnkkkk. me he perdío yo tb. yo hombre simple unga unga.
Esta bien eso de hablar mucho sin resolver ninguna de las dudas fundamentales,hay gente que lo llama política, otros (ingenieros y geeks) bucle innecesario y yo pasar el rato.
Sois personas peculiares y enigmáticas ambas(bueno yor, tú menos k te he visto fent popo). k es cosa mu buena.
Pensar que a mi siempre k oigo Esteban solo se me ocurre la adivinanza de: este banco esta ocupado por un padre y por un hijo....
Empiezo a pensar k la inteligencia de la familia te la llevaste tu toda, enana :P
3 comentarios:
¿Yo? Soy yo.
¿Quien soy?
Probablemente esa es la primera pregunta que te ha surgido al decidir bajo una extraña influencia abrir aquello que por el solo titulo parece llamativo. Pero si te soy sincero en realidad estoy seguro de que esa no es más que la manipulación de un mecanismo cuyo poder ejerce sobre la mayoría de los seres humanos una hipnosis fascinante: La novedad.
Esta también me ha arrastrado a mí a expresar a continuación una serie de líneas que aunque llenas de un tono profundamente opresivo, no por eso carecen de la verdad de que tan bien son servidas. Te veo aquí en este momento un poco exaltada, pero con unas ansias inigualables por seguir, atacadas innoblemente por la duda de la maldad, y por una arrogancia casi molesta de quien por ahora plasma estas razones.
Los segundos que han pasado desde que has leído con atenta devoción, son el elixir de la vida de este mensaje y de mí mismo, por eso y porque quiero que continúes sagradamente la experiencia de abordar este texto, voy a saciar tu océano de dudas, aclarando, bajo juramento absoluto la misteriosa identidad del narrador:
Este no es más que un niño de diecisiete años, que ha devorado como una polilla fantástica todas las bibliotecas que han pasado por su amarga vida. Es un adolescente completamente salido de cualquier lógica existente, y su apariencia se escapa de los modelos formales de personajes despreciables que arman las producciones cinematográficas.
El no es propiamente un tonto y sumiso insecto con gafas, ni manchas de colores en la cara, ni unos pantalones apretados como si los hubiera entumecido una aplanadora. Tampoco el rufián rebelde, que demuestra toda su estupida prepotencia con un cabello abundante, ropas flácidas, y un torvo aspecto esquelético. Yo soy un jovencito de carácter tímido, muy alegre, menudo, y solo me faltan las alas (de metal por supuesto) para saludar al arcángel San Gabriel con una mano limpia, hecha de nube cristalina.
Mi nombre es Esteban y vivo en un barrio cuya clase social es imposible saber con certeza, y cuya fraterna y rustica arquitectura goza de la fama de "estructura humilde", y vecindades con niños en el parque, celadores cargados por la soledad, mujeres atléticas con múltiples y desesperanzadoras personalidades, y una cabecita de plata con ojos melancólicos que se asoma por el vidrio de la ventana viendo saltar la armonía bajo las sonrisas de los personajes tan corrientes, pero tan complejos que están detrás de la fría y glacial transparencia de un cuadrado por el que a veces se escapan los ferrocarriles invisibles de la mente, plagados de recuerdos, y llenos de dolor.
Ahora que me he atrevido a anunciar este pequeño pero comprometedor texto, hay algo que te quiero pedir con el alma y el corazón en la boca: Respóndeme por favor!
La encantadora crítica de una mujer bastaría para calmar la angustia en la que invariablemente me sumergí al paso que desgrane laboriosamente las frases para hablarte. Adiós
Lo cierto es que me he perdido un poco :) Supongo que si eres tan gran lector como dices me debo de sentir honrada porque me escribas o me hayas leído. También es cierto que bajo el anonimato de internet uno puede ser cualquiera.
Una vez un profesor me dijo que lo principal para ser un gran escritor es haber leído mucho. Bueno, la verdad es que me ha divertido.
Reconoceré que la novedad, las personas a las que todavía no conozco son algo que me llama muchísimo la atención. Y me divierte jugar a seducir.
Voy a hacerte caso y a criticarte. Quiero que pienses que me ha gustado y que veo potencial (aunque yo no sea quién para mirar).
Una pequeña, no por borde, sino porque creo que lo podrías trabajar y que saliese algo bordado. No mantienes suficiente el suspense, o no lo creas, porque no te metes en la mente de una mujer. Piensas con la de un hombre. Cuando intentes conquistar a alguien del otro sexo tienes que hablarle con las palabras que su corazón entiende. A las mujeres hay que hablarles de sentimientos, pero con suspiros y al oído, como compartiéndote a ti mismo y logrando ser misterioso al mismo tiempo. Tienes en estas páginas frente a ti muchas claves para llegar a mi, úsalas, sin miedo. Ponte en mis zapatos para llegarme, es una oportunidad única. Normalmente no tienes tanta información sobre miedos. Juega conmigo sin miedo; no me voy a romper.
El nombre no se rebela hasta el final, y se dan pinceladas desde más general a más concreto. Con un: soy Yo, Esteban... me recordarás, o algo por el estilo la has enganchado (seguridad y susurros). Para finalizar hubieses cerrado el círculo, y no te habrían hecho falta los halagos. Piensa que es como la última estocada en la que mueres o mueren, en la que dominas o eres sumiso. Procura siempre dominar aunque de manera sutil. Para someterse siempre hay tiempo, lleva las riendas del juego.
De todas maneras yo diría, pero no soy ningun as en esto, que apuntas formas a Dostoevsky con un toque de Salinger. yo no he leído tanto cómo me gustaría.
Un consejo, con el último párrafo, has conseguido o parecer mayor de lo que dices ser, o ser un poco inexperto y adulador. Algo más directo surte mejor efecto. O algo más picante, pero al menos que no suene a que me estás dorando la píldora. Piensa en el efecto que pretendes e intenta plasmarlo con fuerza. Es una firma, tienes que dejarme sedienta de más.
No te quites valor. La edad y la madurez no depende de los años. Además lo que quieres es que yo me intrigue contigo. Intenta parecer la tarta más apetecible del escaparate. Puedes decir que tienes diecisiete años, pero no puedes decir que eres un niño.
Creo que me he pasado, pero yo soy así, no creo que hayas ido a escoger la mejor crítica.
Puedes gruñirme si lo crees necesario. Y si quieres escribir más estoy aquí para oírte.
Eeiinnkkkk. me he perdío yo tb. yo hombre simple unga unga.
Esta bien eso de hablar mucho sin resolver ninguna de las dudas fundamentales,hay gente que lo llama política, otros (ingenieros y geeks) bucle innecesario y yo pasar el rato.
Sois personas peculiares y enigmáticas ambas(bueno yor, tú menos k te he visto fent popo). k es cosa mu buena.
Pensar que a mi siempre k oigo Esteban solo se me ocurre la adivinanza de: este banco esta ocupado por un padre y por un hijo....
Empiezo a pensar k la inteligencia de la familia te la llevaste tu toda, enana :P
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