que al final soy marrón,
como la tierra fértil
en la que creces;
como el fango
que todo lo pudre
para que renazca.
Descubro
que es este color
poco apreciado
el que realiza mis sueños.
Y quizá en pasado
soñé brillar
de otra manera
y ser turquesa, azul, dorado o fucsia.
Pero el presente
de color mate
saturado de vida
me regala
sonrisas.
Y por encima de todo
la gratificación
de saber
que mi huella
en otros puzles
generará pensamiento
que tal vez sin mi
nunca hubiesen nacido.
Y me doy cuenta
de que la vida tiene razón
y que mis carcajadas
y mi amor
se alimentan de tu crecimiento.
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