Esos sentimientos que no saben contenerse hacen que parezca que el pecho en el que habitan vaya a estallar. Y como las costillas impiden la explosión, los sentimentos implosionan. Y nace el universo. Y se tranforman en torrentes cuyo nacimiento son los ojos y destino final su drenaje por los pies.
Y poco a poco las gotas que almacenan cada una un pensamiento abren nuevos caminos. Deslizándose por diferentes recorridos con paradas comunes navegan las aristas de este cuerpo que se desgasta. Hasta abandonar mi cuerpo y morir sobre alguna superficie inherte lejos de mi.
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