Me gusta vestirme con el olor
que nuestros cuerpos secretan
cuando dejas mi sexo satisfecho.
Disfrutarlo durante los minutos
en los que mis ojos se cierran
en el instante posterior.
Y sin embargo, me desnudo de ti,
en esta ducha adúltera,
antes de irme a trabajar.
Para que nadie pueda intuir
que me has conquistado
despojándome de murallas.
Me gusta conservar la sensación
de tu olor en mis papilas
y de tu ser, en el tacto de mi piel.
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