miércoles, junio 08, 2011

Ya me estoy explicando otra vez

Leí un post en el que se ponía la definición que da la RAE de cursi y me destruyó un poquito. Mucha gente me ha dicho que soy cursi y realmente no me importaba; supongo que tras la primera impresión vuelve a darme igual, pero la próxima vez que me llamen cursi, quizá el que pierda puntos será quien me lo llame.

Nunca lo había buscado y mis connotaciones y definición de esa palabra probablemente serían muy diferentes a las de la RAE. Pero yo siempre interpreté como cursi a la niña rosa, princesita de papá, feliz y despreocupada (al menos en la fachada); para mi Margarita o Emma, son un ejemplo de cursi, pero realmente me enamoran y me encantan, caprichosas e inocentes a la vez.

En cambio mi sorpresa llegó cuando realmente es un quiero y no puedo:
1. adj. Se dice de un artista o de un escritor, o de sus obras, cuando en vano pretenden mostrar refinamiento expresivo o sentimientos elevados.
2.
adj. coloq. Dicho de una persona: Que presume de fina y elegante sin serlo.
3.
adj. coloq. Dicho de una cosa: Que, con apariencia de elegancia o riqueza, es ridícula y de mal gusto.
No tengo una gran técnica como escritora. Ni intento ser elevada más bien asequible. No fuerzo los sentimientos para que quepan en un octeto o un soneto. Mi objetivo es darles libertad para convertirse en imágenes con palabras. Aquí más de un editor se echará las manos a la cabeza, pero de verdad que sólo intento que funcione en mi mente y cuando lo leo en voz alta. No soy ni la mitad de buena de lo que es la gente que me gusta; simplemente soy capaz de expresar en palabras sentimientos. Y todo es culpa de mi cerebro que está siempre activo y pensando en palabras. Por lo tanto a menudo relaciona cosas que normalmente nadie pensaría en relacionar o tal vez sí. Como en el poema anterior, que realmente va sobre la regla y la menopausia; en cambio otras personas pensaron que iba dirigido a alguien.

Respecto a las que no tienen que ver con la escritura. Soy entre infantil y camionero más que fina y elegante. Y soy pobre de dinero, y de donde no hay no se puede sacar.

Pero para mi seguiré pensando que soy cursi; pero mi tipo de cursi, el que me gusta porque es inocente, rosa y dulce como el algodón de azúcar.

2 comentarios:

sheneh dijo...

Bah! estos de la rae no tienen ni guarra, pa mí tb es lo de inocentón o caprichoso y un poquito ñoñez que tu has aventurado antes. Quina decepción de descripción. Además que las palabras tienen vida propia y esta a digievolucionado, sino que sentido tendría "cursilada" como tó dios la suele utilizar. Ya si eso pa dentro de 10 años le ponen la acepción que nosotros decimos, así que no te preocupes que esa acepción es real como los pavos.

Alé, un abrazo, t'estimo

Anónimo dijo...

El lenguaje tiene esa riqueza, que las palabras pueden tener muchos significados para el que lo escribe y los que lo leen coger otro significado completamente distinto al que se pretende en algunos casos concretos.
Es más, automaticamente te juzgan, te encierran en un contexto, te encasillan...cuando tú solo estás uniendo ideas, dándoles forma, incluso a veces es divertido salirte por los cerros de Ubeda.
Se ponen muchas etiquetas a las personas y siempre tras ellas hay un juicio previo, impulsivo y muy poco objetivo de la persona que lo hace, o que lo hacemos todos alguna que otra vez queriendo o sin querer.

A....R