Tu, te encierras.
Y yo, lloro de rabia.
A veces, intento pelear contigo.
Te empujo un poco para que salgas.
Otras, me rindo.
Porque tu tiraste antes la toalla.
Ante la única guerra que deberías de disputar.
Y me frustra.
Y despotrico, porque no lo entiendo.
Porque se todo lo que fuiste
y lo que podrías ser.
Y tu, que estás herida,
y sigues luchando batallas perdidas,
que dejan sólo jirones en tu alma.
Tu, te haces un ovillo
te alejas del mundo
y te vuelves triste.
Tu olvidas...
las sonrisas,
las tardes de domingo,
las cosas por las que merece la pena
seguir adelante.
Porque estas cansada
de los reveses de la vida.
Porque te empeñas en combatir contra gigantes
por minutos que no te satisfacen.
Y yo, ya no sé cómo explicarme
sin que este sentimiento de frustración
se cuele en mis palabras.
Ya no se me ocurre cómo darte la solución,
que quizá no sea la única,
pero tal vez, te haría feliz.
1 comentario:
Como yo nadie te amado ni te amara,
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