Y yo, antes de nacer,
quise ser mujer.
Generar vida,
cuidarla y ayudarla a crecer.
Desgranar los sentimientos
en caricias y comunicación
sin que pareciese extraño.
Y yo, antes de nacer,
quise ser mujer.
Imaginé esa piel suave
que acompaña los movimientos
de las caderas anchas
dispuestas a ser puerta
a las nuevas vidas.
Y yo, antes de nacer...
antes de nacer...
soñé...
La genética sin embargo
me dio estas facciones
que no son mías.
Vivo dentro de la piel
de un extraño.
Mi voz no es armoniosa,
no acaricia,
más bien es grave,
obliga a ser escuchada.
Mi cuerpo
se cubre de vello
en lugares que no debería.
Y mis caderas jamás darán paso
a una nueva vida.
Y yo, existo
dentro de este disfraz.
Esta máscara que no permite
ser quebrantada.
Este cuerpo
que se convierte en prisión
y cadenas.
Yo, que antes de nacer,
quise ser mujer,
nací siendo hombre.
Y poco a poco,
día tras día,
consejo tras consejo,
lo odié.
Siempre limitándome,
alguien, fuera de mi,
dentro de mi,
decidiendo
por mi
qué como hombre debía hacer.
Tantas voces...
Y yo, que antes de nacer...
quise ser...
No supe explicar
qué era lo que no funcionaba.
Nadie supo entender
qué tuerca se podía cambiar.
Así que decidí morir...
por no poder ser
aquello
que antes de nacer
sabía que debía ser.
viernes, febrero 27, 2015
miércoles, febrero 25, 2015
La nada
Entre yo, que ya no existo,
y tu, que ya no llamas
el mundo se queda vacío.
Y ahora no resuena
la alegría de nuestros encuentros,
como si de una iglesia
sin campana se tratara.
Así queda la NADA
como ese enemigo malicioso
que atacaba a Fantasía.
De esta forma la NADA
y el silencio que la acompaña
nos devoran desde lo más íntimo
de las entrañas que ya no lloran sangre
porque no queda
más que la ausencia
de tus carcajadas.
y tu, que ya no llamas
el mundo se queda vacío.
Y ahora no resuena
la alegría de nuestros encuentros,
como si de una iglesia
sin campana se tratara.
Así queda la NADA
como ese enemigo malicioso
que atacaba a Fantasía.
De esta forma la NADA
y el silencio que la acompaña
nos devoran desde lo más íntimo
de las entrañas que ya no lloran sangre
porque no queda
más que la ausencia
de tus carcajadas.
jueves, febrero 19, 2015
Prayer
You are the one who sees
the other part of me,
the broken one.
The aftermath of my strenght.
The hurt.
And you love me,
just the same.
And I am grateful
for you being in my life.
I am sorry if the grammar is not correct.
lunes, febrero 16, 2015
El otro lado de la depresión
Tu, te encierras.
Y yo, lloro de rabia.
A veces, intento pelear contigo.
Te empujo un poco para que salgas.
Otras, me rindo.
Porque tu tiraste antes la toalla.
Ante la única guerra que deberías de disputar.
Y me frustra.
Y despotrico, porque no lo entiendo.
Porque se todo lo que fuiste
y lo que podrías ser.
Y tu, que estás herida,
y sigues luchando batallas perdidas,
que dejan sólo jirones en tu alma.
Tu, te haces un ovillo
te alejas del mundo
y te vuelves triste.
Tu olvidas...
las sonrisas,
las tardes de domingo,
las cosas por las que merece la pena
seguir adelante.
Porque estas cansada
de los reveses de la vida.
Porque te empeñas en combatir contra gigantes
por minutos que no te satisfacen.
Y yo, ya no sé cómo explicarme
sin que este sentimiento de frustración
se cuele en mis palabras.
Ya no se me ocurre cómo darte la solución,
que quizá no sea la única,
pero tal vez, te haría feliz.
Y yo, lloro de rabia.
A veces, intento pelear contigo.
Te empujo un poco para que salgas.
Otras, me rindo.
Porque tu tiraste antes la toalla.
Ante la única guerra que deberías de disputar.
Y me frustra.
Y despotrico, porque no lo entiendo.
Porque se todo lo que fuiste
y lo que podrías ser.
Y tu, que estás herida,
y sigues luchando batallas perdidas,
que dejan sólo jirones en tu alma.
Tu, te haces un ovillo
te alejas del mundo
y te vuelves triste.
Tu olvidas...
las sonrisas,
las tardes de domingo,
las cosas por las que merece la pena
seguir adelante.
Porque estas cansada
de los reveses de la vida.
Porque te empeñas en combatir contra gigantes
por minutos que no te satisfacen.
Y yo, ya no sé cómo explicarme
sin que este sentimiento de frustración
se cuele en mis palabras.
Ya no se me ocurre cómo darte la solución,
que quizá no sea la única,
pero tal vez, te haría feliz.
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