con las entrañas abiertas
esperando que vengas
a coserlas
y deje de sangrar
lágrimas
este vientre
vacío de sentimientos
y lleno de dolor.
Pero mientras,
simplemente permanezco,
a la vez que los coches
pasan
y nadie se detiene.
Y mis vísceras
se esparcen
como las hojas
del otoño
en el que decidiste no aparecer
y generan
un agujero negro
que devora
los minutos de vida
que ya no quedan.
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