martes, abril 08, 2014

Conociendo...

Nunca tuve paciencia
ni para empezar cosas
ni para consumir aquello que me atrae.
Así, que en menos de 10 segundos
decido que me gustas
y te devoro.
Te leo durante horas
y se me olvidan
las necesidades básicas
o apremiantes,
como comer
o ir al baño
o dormir.
Te sumerjo en esta telaraña
y tu también olvidas el exterior,
lugar ajeno donde yo no existo.
Y sigo preguntándote
cosas sobre ti
para descubrir tus aristas,
las incoherencias
y las historias de tu vida
que tu no habías compartido
y a mi me cuentas.
Y una vez creo que tengo suficientes piezas
del puzle que te compone
te dejo ir.
Sin embargo, a partir de ese momento
ya eres parte de mi,
y vives y te desarrollas
dentro,
es entonces cuando tus emociones
se pegan a mis pupilas
y se anidan en mi alma.
De vez en cuando te cojo
de la estantería
y te releo
para completar el puzle
o simplemente
porque te echo de menos.

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