para recordar como sostener
el lápiz sobre el papel
y los bits que dibujan palabras
vivos sobre la pantalla.
Será que Alicante,
hermosa y tranquila,
adormece y acomoda
a las musas
que viven encajonadas
entre la cómoda
y mi cabeza.
Así que la vida
me arrastra a ese lugar
superpoblado y ruidoso
lleno de metros
que llegan tarde
y vacío de señales acústicas
de mis voces familiares.
Y sin embargo,
Madrid me da refugio,
en el alba,
me regala abrazos,
historias y cotilleos,
mientras yo dejo
guardadas en la nevera
lentejas que alimentan
más de un poema.
Para Alba, mi soñadora corredora de largas distancias, por ser refugio
y devolverme siempre sana y salva.
1 comentario:
Con tu permiso.
Creo que merece la pena echarle una ojeada/hojeada.
De la UNESCO
Biblioteca Digital Mundial
www.wdl.org
Elena
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