jueves, octubre 27, 2011

Alba, Madrid

Creo que vuelvo a Madrid
para recordar como sostener
el lápiz sobre el papel
y los bits que dibujan palabras
vivos sobre la pantalla.
Será que Alicante,
hermosa y tranquila,
adormece y acomoda
a las musas
que viven encajonadas
entre la cómoda
y mi cabeza.
Así que la vida
me arrastra a ese lugar
superpoblado y ruidoso
lleno de metros
que llegan tarde
y vacío de señales acústicas
de mis voces familiares.
Y sin embargo,
Madrid me da refugio,
en el alba,
me regala abrazos,
historias y cotilleos,
mientras yo dejo
guardadas en la nevera
lentejas que alimentan
más de un poema.
Para Alba, mi soñadora corredora de largas distancias, por ser refugio
y devolverme siempre sana y salva.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con tu permiso.
Creo que merece la pena echarle una ojeada/hojeada.

De la UNESCO
Biblioteca Digital Mundial
www.wdl.org

Elena