domingo, mayo 01, 2011

Construyendo

A menudo, en un mal día,
la vida me destruye,
y al llegar a casa,
tus manos, pacientes,
me reconstruyen,
sin reproches,
con sonrisas.

Remodelan una oreja,
o recolocan las piezas
de mis maltrechas
piernas;
hoy me has dicho,
que lo más duro
es tener que recomponer
mi corazón cuando se rompe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando el corazón se rompe, ya nunca se recompone, nunca...solo se parchea.
Como el cristal, una vez roto...roto está. Lo podrás pegar, incluso si eres muy hábil, disimular, pero así quedará mellado, imperfecto. Pequeños trozos desaparecen y no se recuperan, aunque mires y busques por todos los rincones, se desintegran y se pierden en la nada.

A....R

mnznt dijo...

Tienes razón, pero no por ello dejamos de intentarlo :P