sábado, junio 12, 2010

Medianoche

Déjame susurrarte al oído
caricias de medianoche,
a la distancia suficiente
para oler tu alma
de mayo recién vestida.

Te amaré a tres centímetros,
a través de murmullos
que sonrojarán
tu inocencia, y llenarán
el vacío del tacto.

Prometo no acercarme
demasiado,
mantenerme en la latitud
de este susurro
permitiendo
que tu cuerpo no me toque,
sin tentar tus labios con los míos.

Mis ojos no se cruzarán
con tu mirada,
pero tus tímpanos
reconocerán la melodía
agitando la sangre
que devora tu corazón.

Dejándome susurrarte
hasta la madrugada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy "Anónimo-2".

Queda poco tiempo para comprender
que mi fuerza se acabó,
se tiñeron de añil mis ropas blancas,
se oscureció la mirada,
las manos tiemblan,
los labios se crispan,
la inocencia se perdió,
el corazón solo palpita,
mis pechos no amamantan,
el vientre está yermo,
el sexo olvidado,
las piernas vacilantes,
los pies absorven todos los males,
llega la vejez...
Y tendré tiempo, más tiempo...
Y podré escuchar más...
Y podré olvidar perdonando...
Y podré quererte más...
Y podré vencer los miedos...
y podré ver amaneceres sin dolor...
Y podré mirar cielos estrellados...
Y podré nadar en la charquita...
Y podré extender mi mano...

Para tí, felicitándote por el poema "Medianoche" que lo has bordado. Y aún así y todo, besos y comunicando/compartiendo como a tí te gusta.

mnznt dijo...

La vida es compartir :)
La verdad es que estos días has estado muy activa por aquí, casi no me da tiempo a seguirte el ritmo.

Patunetes.

Anónimo dijo...

Hola, soy "Anónimo-2".
Sí. Ya te comenté que creo que es adictivo. Digo que me voy y vuelvo. Siempre con la esperanza de no molestarte.

Hoy me he reido mucho. Nos estaban haciendo unas fotos y le digo:
-¡Oye! por favor, a mí, sácame 10 años más joven.
Seguido miramos las fotos en el ordenador y me he visto muy pero que muy, muy mayor.
Y entonces me ha dado por reir. Hace tiempo que ya le entendí a una compañera de trabajo, decía que a partir de los 50 años ya no se había hecho ninguna foto.

Le he dicho al técnico:
-Hoy voy a decirle a mi marido que he tenido un disgusto muy gordo en el trabajo.

Y cuando ya le ha tocado a mi compañero...me daban ganas de partirme de risa. Y he pensado para mis adentros: ¡qué bien, qué relajo! debo reirme más a menudo. Además creo que adelgaza (¡om ommm!).

Es verdad que donde mejor se vé la edad que uno tiene, es en las fotos. Y también en las manos.

Besos/Hasta el amanecer.

mnznt dijo...

Es super divertido lo que me cuentas. Yo últimamente miraba fotos de hace 15 años y me reía, porque tengo que reconocer que estoy envejeciendo muy bien. La alegría sienta muy bien al cutis y sobre todo las risas y las sonrisas.

Siempre me peleo con mis amigas, porque es genial estas donde estas y llegar donde has llegado. Y me sorprende que las que más se preocupan son aquellas que son guapísimas a mis ojos :P

Anónimo dijo...

Hola, soy "Anónimo-2".

Es verdad, está bien, estemos donde estemos. Te copio: la vida siempre tiene razón.
Muchas mujeres, con la edad mejoran. ¡Ojo! con cierta edaddddd
Yo diría en la franja entre 25 a 40 años. Cuando se tienen menos años, todavía se tienen ciertos rasgos de niña. La cara más redondeada. El pecho muy grande.
Con los años la cara se perfila y el cuerpo tiene las formas más de mujer-mujer.
También hay mujeres que en su juventud no tienen unos rasgos demasiado atractivos y sin embargo a sus 50 años están muy interesantes.
Luego también ocurre que buscas mejor tu forma de vestir adecuada a tu físico.
También se llega a un pacto con el propio cuerpo y te empiezas, con cierta edad, a aceptar mejor tus defectos. Es decir que entiendes que el pecho se caiga, que te salgan canas, que tus brazos ya no sean firmes, que tu caminar sea más pausado, que en tu cara haya arrugas y los michelines y la celulitis aparezcan en el cuerpo de la que escribe.
Una vez leí que es una bendición ya no ser objeto de deseo para los hombres.
Y es bonito observar la juventud y ver sus rituales para gustarse mutuamente.

Besos/ Con tu belleza reposada.