Interprete

Y dejas,

escondidas

las palabras.

Para que yo

despistada,

las encuentre 

y las lea.

Y te vas,

acercando

a mi alma.

Y me vas,

regalando

tu historia.

Mientras yo

tímida,

juego con tus aristas

de poliedro desmembrado.

Y poco a poco

encuentro,

el camino

a tu alma.

Se recoge...

Y aparecen los planes

y el amor.

Y los brindis

que otros nos dedican.

Y las sonrisas compartidas,

que destilan alegría,

se imprimen en la memoria.

Y se llena el correo

de buenos deseos

y esperanza

y cariño.

Y es durante estos momentos

en los que la felicidad

de compartir buenas noticias

se deborda,

es durante este instante,

que es ahora,

que uno recoge parte de la siembra.

Fantasmas

Ayer me encontré

con el pasado.

Y es hilarante

que incluso ahora, 

que he aprendido a creer en mi,

me ponga nerviosa

y me sienta juzgada,

y durante el tiempo que dura la conversación

decrezco y pierdo a mi yo presente.

// Habrá que trabajar en esto.

Diez minutos después volví

a mi presente

que es un lugar feliz

donde no existen

muchas cosas

de las que me hacían sentirme

encorsetada

y viven en el pasado.

En el momento que mi ahora

me recibió con una sonrisa

y cháchara cotidiana

recordé quien soy

y por qué dejar atrás el pasado es beneficioso.

Y encuentro interesante

que mis presentes

y versiones de mi pasado

vivan a menos de diez minutos

andando

y en cambio

sean diametralmente diferentes

y se sientan tan distinto, dentro.

En mi pasado me siento pequeña y fuera de lugar,

me hace pensar que no valgo bastante;

efecto de tener otros valores y dar importancia a otras cosas.

En cambio mis presentes

me hacen fuerte y alimentan las sonrisas,

me aceptan por quien soy

y no pretenden que cambie 

// voluntaria o involuntariamente

aunque aceptan los cambios

tan habituales en mi día a día.

Mi presente es amor y crecimiento,

y no miedos o inseguridades.

Mi presente es hoy y mañana

al lado de personas

que consideran que ser como soy

o como quiero ser,

es suficiente

y que yo puedo hacerles felices.

Conociendo...

Nunca tuve paciencia
ni para empezar cosas
ni para consumir aquello que me atrae.
Así, que en menos de 10 segundos
decido que me gustas
y te devoro.
Te leo durante horas
y se me olvidan
las necesidades básicas
o apremiantes,
como comer
o ir al baño
o dormir.
Te sumerjo en esta telaraña
y tu también olvidas el exterior,
lugar ajeno donde yo no existo.
Y sigo preguntándote
cosas sobre ti
para descubrir tus aristas,
las incoherencias
y las historias de tu vida
que tu no habías compartido
y a mi me cuentas.
Y una vez creo que tengo suficientes piezas
del puzle que te compone
te dejo ir.
Sin embargo, a partir de ese momento
ya eres parte de mi,
y vives y te desarrollas
dentro,
es entonces cuando tus emociones
se pegan a mis pupilas
y se anidan en mi alma.
De vez en cuando te cojo
de la estantería
y te releo
para completar el puzle
o simplemente
porque te echo de menos.

La caverna

Y me traslado

a ese lugar extraño

donde tu desapareces

y sólo

queda la parte de mi

que tu alimentas.

Pero tu no estas,

y yo,

echo de menos

las sonrisas

y el amor.

Así que vuelvo

a ese espacio

que compartimos

y en el que desaparece

todo lo ajeno.

Y me encuentro

contigo

que me abrazas

y me abonas,

y me riegas,

y me cuentas

que tu también

me echabas de menos.

Primera persona del singular

Me contaron,

en una vida pasada,

que perdías al lector

al hablar desde el yo

y compartirte desde el mi.

Y yo, que hago míos tus sentimientos

y se anclan a mi alma

dejando de ser ajenos,

y empezando a ser propios.

Yo compongo

desde esta persona del singular.

Lo hago

con la esperanza

de que adoptes

tu también estas sensaciones

que al convertirse en palabras

se quedan huerfanas.

Y tu,

que me escuchas

cuando no hablo

sonríes al leer estas líneas.

Porque tu,

que das un hogar a mis poemas,

esto que te cuento

ya lo sabías.

¿Destino? ii

Y yo,

que al final soy marrón,

como la tierra fértil

en la que creces;

como el fango

que todo lo pudre

para que renazca.

Descubro 

que es este color

poco apreciado

el que realiza mis sueños.

Y quizá en pasado

soñé brillar 

de otra manera

y ser turquesa, azul, dorado o fucsia.

Pero el presente

de color mate

saturado de vida

me regala

sonrisas.

Y por encima de todo

la gratificación

de saber

que mi huella

en otros puzles

generará pensamiento

que tal vez sin mi

nunca hubiesen nacido.

Y me doy cuenta

de que la vida tiene razón

y que mis carcajadas

y mi amor

se alimentan de tu crecimiento.

¿Ser el primero?

Y mi monstruo sonríe

ante la pregunta.

Porque te ve feliz

y eso se contagia.

Y no termina de entender

por qué debería de tener celos.

El nunca pretendió

ser el centro de tu universo.

Sólo intentó

que nunca te faltara amor y apoyo,

para crecer y eclosionar.

Y ahora se sienta

tranquilo

con un té entre las manos

y sonríe

porque ve a ojo desnudo

la mujer valiente que estaba escondida

y ha luchado por decidir.

Y sabe que los demás también lo veran,

con tiempo.

Y esta orgulloso

de que tu vida se llene de amor

y otros compartan

las alegrías y las tristezas,

y sean capaces de descubrir

lo que él vió en ti

al verte crecer.

Además sabe

que no importa ser el primero,

ese honor será para otros que compartan más.

Él que tiene más preguntas que respuestas

cree que lo importante

es que tu, que eres capaz de crecer

y sabes amar,

que tu sepas que él está

y le llames en caso de necesitar

un poquito de apoyo.

Interprete

Otros,

los de fuera,

aquellos que tienen pocas piezas

o menos vida,

otros

sólo ven la melancolía en los poemas.

Y tu,

que conoces mis sonrisas de madrugada

o vives la lucha,

lees entre líneas la esperanza,

que destilan las palabras escritas

por mi

en un mundo virtual que pertenece a extraños.

Otros,

los de fuera,

pegan sus pestañas a mis carcajadas,

o a mis lágrimas,

para ellos,
ajenos a mi,
signos inequívocos de alegría o tristeza.

Y se dejan por el camino

aquello que tu, que observas

eres capaz de percibir

el crecimiento, el sufrimiento y la elección.

Esos detalles te devuelven a mi.

Y como estás, decido que más vale sonréir

porque quizá eso atraiga más felicidad y más amor.

Y mis poemas

que otros interpretan tristes

tienen un rayo de esperanza,

una segunda lectura anclada en el lado brillante.

Y tu que te empeñas en escuchar la carcajada entre la tormenta,

tu que ves mi alma desnuda y completa,

tu,

descubres la luz (que no se apaga) y sonríes.

Presente

Y sonrío.

Agotada. 

Entre las sábanas

que cobijarán mi sueño.

Y tu,

que me acompañas,

acaricias los planes de futuro que tenemos.

Big bang

Y son las lágrimas las que recorren mi cuerpo.

Esos sentimientos que no saben contenerse hacen que parezca que el pecho en el que habitan vaya a estallar. Y como las costillas impiden la explosión, los sentimentos implosionan. Y nace el universo. Y se tranforman en torrentes cuyo nacimiento son los ojos y destino final su drenaje por los pies.

Y poco a poco las gotas que almacenan cada una un pensamiento abren nuevos caminos. Deslizándose por diferentes recorridos con paradas comunes navegan las aristas de este cuerpo que se desgasta. Hasta abandonar mi cuerpo y morir sobre alguna superficie inherte lejos de mi.

Atemporal

Te amé
en pasado
y te quiero
en presente.
Nos inundará
la felicidad
en futuro.
Y espero quererte
toda la vida
en atemporal.

¿Destino?

Quise ser mar
azul,
turquesa
tirando hacia el deseado verde.
Quise ser océano
azul,
petróleo
contaminado de poder.
Quise ser cielo
azul,
celeste
aspirando al mundo de las ideas.
Pero me quedé
marrón,
fango
alimentando animales y árboles
para que llegasen donde yo nunca pude.

A palabras... oídos...

Y yo
torpe,
que no sé
ser alguien diferente
de quien soy.
Y tu
inconsciente,
que me pides
que deje de sonreir
y que sea más seca.
Y yo
confusa,
que quiero gritar
de rabia
porque no me entiendes.
Y tu
necio,
que decides
que quizá sea mejor
no entenderme.
Y yo
resignada,
que lo acepto
y dejo de explicarme.

Porque a veces pasan cosas que me superan

y con las que me niego a luchar.

In-convergencias

Hablo contigo
hoy que ya no le quedan horas
a este reloj
que late en el pecho
viejo y desgastado por el uso.
Mis cuerdas vocales
se mueven
al compás de la arena
que ya no se desliza
por falta de gravedad
y carencia de impulso.
Y el tiempo se detiene
como mi discurso,
y tu,
con quien hablo
desapareces y dejas huellas
en mi alma
pero no en mis pupilas.
Rastros de conversaciones
que no existen
en un momento pretérito
ni futuro.
Y descubro entonces
que lo hemos roto,
el juguete, la vida,
elegimos la decisión
errónea
que nos lleva
a la extinción.
Aquí en el limbo
desierto de emociones
donde todos estamos cansados
de la lucha
y sólo queremos
que alguien nos recuerde
cómo era el amor,
ese que sentíamos de jóvenes
y nos hacía lograr
la supervivencia.

Entregándome

Soy yo,
la que otra vez
se pierde en los poemas.
Y encuentra
fotografías
de vidas ajenas
hechas de tipografías
extranjeras.
Las comparte
y las experimenta,
las llora
y las recuerda.
Es entonces
cuando el sentimiento
se vuelve universal
y es hermoso,
a la vez que el sol
deslumbra,
al andar sobre la arena.
Y los pies casi no tocan
el agua
que se aleja
con mi yo
que se pierde en los poemas.
Y un pequeño toque
me despierta.
Vuelvo a existir
entre sonrisas
y comidas de domingo,
dejando atrás
las emociones
que nunca terminaron
de pertenecerme
y guardo entre poemas
en mis cajones.
Esperando
a que vuelva a perderme
entre tus emociones
y mis poemas.

To get or to be

Ya no queda orden,
en tu mundo.
Ese que sin mi
tenía sentido
y conmigo tiene sonrisas.
Hemos convertido
este amor
en un lugar caótico
donde ser felices.
Un universo
en el que no importa
llegar tarde
o que se haya quemado la comida.
Sólo importa
que estamos juntos,
y existimos, que no nos olvidamos
de las carcajadas,
ni nos perdemos en las rutinas.
Y convertimos en el amor en hábito
y buscamos la mano del otro
al andar, el beso y el abrazo al encontrarnos.
Y he conquistado cada rincón
dejando trocitos de felicidad,
la que me das y compartimos,
desperdigados.
Y tu, que siempre tienes
esa sonrisa amable
que sólo me dedicas
a mi, me miras
mientras tu boca se dibuja en mis pupilas
y descubro
que no hace falta mucho más
de lo que tengo
para tenerlo todo.

Olores

Cambia
tu forma de contar la historia
cada vez.
Es como
si cambiases al narrador
que dentro de ti
te susurra los acontecimientos.
Y en ese momento
en el que la escucho
por segunda o tercera vez
descubro
olores nuevos y sensaciones viejas
que arrullan el corazón
en invierno.

Stop

Me gusta tu mundo,
que normalmente está sobreexpuesto,
lleno de imágenes en las que siempre aparece el sol
arriba, o en la esquina
y quema la foto
que a veces tiene sonrisas
o recuerda lugares que detienen tu pensamiento,
ese
que casi nunca para y siempre va acelerado.

Me gusta tu mundo
de colores que vibran,
uno sobre otro,
y me llena de curiosidad como consigues ese efecto,
de que las personas o los objetos, parezcan más vivos
más alegres, más tristes, más sentidos,
más palpables, casi al alcance de la mano.

Y a mi, que sólo sé narrar
que mis pensamientos se construyen de palabras
y conceptos abstractos,
son tus imágenes
sobreexpuestas, a veces quemadas de tanto que hay en ellas,
son tus imágenes del mundo
las que me detienen el pensamiento.

Patrones y preguntas

Y me pregunto,
distraida en otras rutinas,
si el amor
genera eso
más amor.
Y yo, que me sé deseada
y querida,
porque mi servicio técnico
se empeña en que me sienta así.
Aunque yo no siempre lo entendí,
por hallarme perdida
intentando ser
o existir
en vidas que no eran
mías.
Y yo que me sé querida
sonrío y me sonrojo.
Y tengo ganas de más y mejor
y encuentro más personas
con las que compartir
sonrisas y lágrimas,
alegrías, noticias y vida.
Y descubro que mi pecho
se llena de amor
y eso lo colorea todo.
Y se sale de las líneas,
porque nunca se supo de patrones
que pudiesen contener
los sentimientos.
Y siempre hubo miradas
que lo dijeron todo
y puede que algo más.