viernes, febrero 08, 2008

El mundo de fuera.

En Madrid todo el mundo ve famosos. Yo no. Puede que yo no los vea porque no me fijo. En el metro voy leyendo, por la calle voy a mi bola, y cuando quedamos con alguien hablo y estoy en mi momento (pum pum). Realmente me da igual, yo voy por Madrid como por Alicante en mi mundo de luz y de color. Después me quejo cuando la gente dice que soy feliz. Si realmente vivo en mi mente.
Ya he dicho alguna vez que yo no paro nunca de pensar, al menos y que yo sepa, mientras estoy despierta. Así que como voy pensando en mis cosas me enmimismo y no me fijo en el mundo. Resultado la gente tiene anécdotas de que ha visto a nosequien y a nosecuantos. Yo no tengo ese tipo de anécdotas. El otro día parece que vieron a Martina Klein en un chino o han visto a Sabina en el metro o se encontraron con el guapo de los hombres de paco en un concierto. Lo cierto es que no me importa, porque esas personas tienen su vida y yo no soy nadie para interrumpir su ocio. Un pequeño yo me dice que me gustaría haber visto a Sabina en el metro.
De todas maneras hay gente que es mejor no ver. Hoy donde hemos ido estaba Carmen Alcaide. En honor a la verdad yo no la he visto, pero más bien porque no la quería ver y no me he fijado. Zon7 la ha visto y dice, me bajo (el sitio tenía dos pisos) porque sino va a correr... el tomate, aggg.
Si hay que no ver a Sabina para no ver a Carmen, me parece bien. Yo seguiré en mi mundo. He vivido 26 años sin que me preocupe gente a la que no conozco y que tiene la vida solucionada, espero que Madrid no cambie eso.

martes, febrero 05, 2008

Fumar.

Ayer pasó una cosa a la que en principio no le di importancia. Realmente no es que sea importante, sino que es algo más o menos común. No me importa que la gente fume, de hecho me parece una barbaridad la ley antitabaco. Mi idea es que es mejor formar que prohibir. Pero hoy pensando he entendido para que tipo de personas se hizo esa ley.

Fuimos a un restaurante y nos preguntaron zona de fumador o de no fumador. Normalmente me trae sin cuidado. Aunque en sitios cerrados, y puestos a elegir, prefiero no fumador, por eso de que la ropa después te huele como un cenicero. Si vamos con gente que fuma me siento en fumador y sin problemas. El caso es que una persona de nuestro grupo respondió rápidamente: De fumador; solo fumo yo, pero... y algo que vino a significar el resto os aguantáis. Mis amigos habitualmente no fuman, yo no fumo, y he defendido en múltiples ocasiones a los fumadores que son tratados como leprosos. No tengo problemas con ninguno de los dos bandos. Ahora, si en un grupo de nueve personas sólo fuma una, por qué tenemos que fumar las otras ocho. No lo entiendo. La misma consideración que tengo yo con ellos, de al menos preguntar, de vez en cuando me gustaría que la tuviesen conmigo, aunque al final no me importe ir a zona de leprosos fumadores. No estoy criticando el hecho de fumar que es una decisión personal, pero sí el hecho de anteponerse a los demás y no respetar ni preguntar siquiera.

Lo cierto es que en la zona de fumadores sólo estábamos nosotros, y no estuvo mal, apartados de la marabunta, que no era mucha. Acabábamos de salir de un pub, bar o como queráis llamarlo, que me dejó la ropa oliendo a cenicero. Debo de reconocer que lo detesto, no me importa que se fume, pero por favor, vayamos a lugares que tengan un buen extractor o que por lo menos abran las ventanas cuando se llena de humo. Cuando quedó con estos amigos nuevos, procuro no ponerme ropa que acabe de lavar, sino cosas usadas. Aunque airees las cosas que han entrado en un lugar con humo siempre queda ese resto de olor, y te vas preguntando todo el día de donde viene ese olor y si serás tu.